Puede parecer una contradicción leer comunicación no verbal y escritura en la misma frase, pero cuando escribimos también estamos comunicando emociones y esto se da en el ámbito laboral cuando dejamos una nota para un compañero o un trabajador.
Hace años, como recepcionista, anotaba los mensajes que me llegaban para cada empleado. Los típicos 'recados' eran redactados de manera personal para cada uno. Su nombre aparecía arriba, luego el mensaje y después un saludo, dependiendo de la confianza. Aunque parezca algo trivial, si no redactamos bien un texto o un par de frases, puede dar lugar a equívocos y también a malestar.
Descuido en el lenguaje, sinónimo de falta de respeto
Si bien es cierto que un error lo comete cualquiera, en el ámbito profesional, una escritura dejada, con errores ortográficos exagerados, trasmite una falta de rigor y de profesionalidad hacia quien lo lee y también hacia la imagen de la empresa.
Si un trabajador encuentra un mensaje con una orden por parte de su superior, cargada de faltas de ortografía, en principio la imagen que se llevará es de una persona con una falta de preparación básica. En ocasiones, no vale eso tan manido de: "Si se me entiende, qué más da".
Aprender a matizar el tono con el que estamos escribiendo
El vehículo más utilizado para la nueva comunicación es el Whatsapp y su utilización adecuada puede ayudarnos a que un mensaje plano, adquiera un tono amable, simpático si agregamos un emoticono.
Si un trabajador recibe un mensaje de su jefe, no es necesario que emplee ningún añadido si la información es correcta y se entiende a la primera.
Pero si tras ese mensaje se esconde un pequeño favor, una petición que no esperaba el empleado, no vendrá mal añadir uno emoji, que enfatice que es consciente de estar demandando algo extra y mostrar un lado más cercano hacia quien lo recibe.
Textos en redes sociales o en la comunicación interna, cuidados
Bastante información recibimos al día, como para que nos toque leer un texto en forma de 'ladrillo'. Y en este caso, hablamos de esos comunicados que la empresa comparte bien por redes sociales, bien por vía interna.
Cuando no se cuida la estructura del texto, ni nos apoyamos en técnicas sencillas para que haya 'aire' entre un párrafo y otro, no sólo estamos perdiendo lectores, también clientes y además que nuestros trabajadores pasen por algo información relevante.
Escribir bien, compartir un texto, una nota, un correo bien redactado,demuestra nuestra versatilidad para comunicar nuestras ideas sin importar el contexto ni el vehículo.
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