Una práctica que ha ganado seguidores entre las empresas con la crisis es la del control constante de los empleados, utilizando medios como las cámaras de seguridad, el estudio del registro de páginas webs visitadas, o el recurso a ‘espías’ para controlar a algunos de sus directivos y/o empleados.
Esta tendencia es todo un arma de doble filo para la relación de las empresas con sus empleados, que en cuanto encuentren estos últimos alguna sospecha respecto a esta práctica, la crispación y el mal ambiente estarán asegurados, lo que también perjudicará a los resultados y el ambiente de trabajo.
Es cierto que hay sectores más ‘delicados’ que otros pero lo que nunca se ha de olvidar las empresas es de que están gestionando personas y que muchas de las prácticas que se han normalizado por convertirse en habituales no son legítimas porque en muchos de los casos llegan a vulnerar la privacidad de los propios empleados, que no solo son controlados en el lugar y horario de trabajo, sino que también en su vida personal.
Creo que como en otros tantos campos, lo que ha de primar en este tipo de situaciones es el sentido común, es decir, valorar los acontecimientos desde el punto de vista objetivo. Sin olvidar que lo realmente es importante es el resultado de la empresa y la productividad del propio trabajador, lo que requiere quitar importancia a los rumores y a las cuestiones carentes de fundamento, que consiguen más bien el efecto contrario a la unidad y cohesión del equipo.
En Pymes y Autónomos | ¿Puedes vigilar a tus empleados con cámaras?
Imagen | people