Uno de los secretos mejor guardados entre los distintos colaboradores de una empresa, y hasta un tema ‘tabú’ es el de la nómina que percibe cada uno de ellos. Si levantamos un poco la vista, en Europa y en los Estados Unidos es un tema mucho más público, en el que las distintas bandas salariales y categorías profesionales están mucho más identificadas, conociéndose por parte de toda la organización el nivel retributivo de cada trabajador.
Pero claro, en España hay ciertos matices que impiden que así sea, pasemos a verlos resumidamente antes de lanzar una valoración subjetiva, estos son:
1) En España no siempre están identificadas las categorías profesionales, especialmente en las más pequeñas dónde muchas veces resulta muy complicado diferencias entre los mandos intermedios y los subordinados
2) Cuando el pequeño (y no tan pequeño) empresario realiza una contratación, las tareas no siempre se quedan atadas, existiendo un amplio margen de exigencia que puede variar en función de la carga de trabajo o de las necesidades organizativas en cada momento
Dicho esto, pasemos a valorar el hecho de que las nóminas no sean públicas dentro de la empresa española, en mi opinión creo que no es positivo porque si hay una perfecta asociación de salario a categorías profesionales, en teoría se debería de retribuir por igual a todos los colaboradores que tengan asignadas funciones similares, pero, todos sabemos que dentro de una misma categoría los esfuerzos que demuestran los distintos miembros de la organización no son homogéneos, y por tanto casi siempre hay un grupo de trabajadores que perciben un sueldo mayor que otros.
De conocerse esta situación, vendrían las odiosas comparaciones incrementando el malestar (muchas veces infundado) de otros en la empresa, por lo que en mi opinión es que su publicidad no sería positiva en el contexto de la empresa española, una vez más a causa de su cultura laboral.
En Pymes y Autónomos | Socios-trabajadores, ¿nómina o factura?, Las relaciones laborales en la empresa: la nómina
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