Hay una serie de tareas a las que no vemos un final claro. No tenemos una solución que sepamos que la aplicamos y funciona, o simplemente no podemos cuantificar cuánto tiempo vamos a dedicar a la misma hasta tenerla lista. Y al lado tenemos otra tarea que tal vez es menos urgente, pero que sabemos que al finalizar el día ya no estará en nuestra lista de tareas. Es la procrastinación en las tareas a las que no vemos una solución evidente.
Pero lo cierto es que aunque creamos que hemos avanzado no lo hemos hecho como parecía. La tarea nos parece inabordable, por eso tenemos que dividir y plantearla como una serie de items que ir probando para descartar posibles vías hasta encontrar la nuestra. Cierto que no podemos dedicarnos todo el día o varios días hasta solucionarla, por eso tenemos que dividirla para atacarla de manera más manejable.
De esta forma vamos avanzando paso a paso y tenemos una ruta de trabajo con esta tarea clara. Cada día conseguimos que la tarea que antes pensábamos que no podíamos solucionar vaya quedando más clara, la solución que era una maraña se va quedando en un par de hilos posibles.
Esto lo ponemos en una gran tarea y parece algo lógico y evidente, pero lo cierto es que también lo practicamos con las tareas pequeñas, que abandonamos y vamos dejando al final de la lista para seguir avanzando con lo que podemos resolver o depende de nosotros hacerlo.
Lo malo es que muchas veces no somos conscientes de no estar trabajando de forma adecuada, de estar practicando la procrastinación. Al fin y al cabo estamos trabajando, pero lo cierto es que no estamos atacando las tareas que deberíamos, las que son más urgentes, pero que sin embargo, las dejamos abandonadas y vamos acabando otras que no tienen tanta importancia.
Lo malo es que al final se nos acaba el tiempo, y la energía, e igualmente tendremos que afrontar nuestra tarea pendiente, sin ganas, sin la frescura mental necesaria para encontrar una solución, pero con el tiempo justo, por lo que al final acabamos frustrados y acabando la tarea tarde mal y nunca.
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