Conocemos jefes que se creen imprescindibles. Todo lo han de hacer ellos. Jamás delegan ¿qué ocurre entonces? El caos se apodera del grupo. En ese tipo de empresas donde toda la imagen recae sobre el falso líder, es altamente probable que cuando éste desaparezca, la compañía se vaya a pique. El no se enterará de nada, pero tú, si formas parte de esa plantilla, sí. Se puede ser bueno como profesional y también un pésimo jefe. El egocentrismo y la hiperactividad es una mala combinación para un liderazgo eficaz.
Las personas que prefieren hacer todo el trabajo, aunque sus trabajadores se impliquen en un 99%, son inseguras. O mejor dicho, ambiciosas pero de ese tipo de ambición insana. A todos nos gusta que nos digan: "gracias, buen trabajo, me gusta esta idea", sentirnos valorados porque si al final los aplausos se los lleva uno solo aunque nos mencione de pasada, sabemos que en el fondo está encantado de que las cámaras le sigan, su foto aparezca en algún medio de comunicación y al final la empresa o empresas que posee quedan en un segundo plano. ¿Es una buena forma de publicitarse? Otra ejemplo es Steve Jobs. Empresa y empresario iban de la mano. Ambos eran y son conocidos.
Volviendo a España y sus particularidades, nos centraremos en ese tipo de líder que presume de comunicarse bien con sus empleados, de ser campechano y sobre todo cercano. "Dime de qué presumes y te diré de qué careces". A este tipo de personas no les gusta que les lleves la contraria, miran su móvil cada cinco segundos, no saben ni en qué ciudad están, y son poco dados a dar las gracias sinceras. A pronunciar la palabra, sí. Pero a sentirla, no. Presumen de trabajar más que nadie, cuando siempre se habla de la poca productividad y la de horas que se dedica al trabajo. Para empezar, no es un buen ejemplo.
Preguntas para el jefe aspirante a líder
Sabemos que el papel de jefe de una organización es el más arduo. Pero también, que si se delega y se amplía el foco de atención por su parte nos llevaremos gratas sorpresas. Tal vez sea hora de que no sólo su cara, sino la de esa persona que está ofreciendo calidad con su trabajo, o que ha tenido una buena idea comience a tener más visibilidad. La humildad hay que practicarla las veinticuatro horas. Un personaje conocido a base de salir todos los días en prensa, por ejemplo, no es sinónimo de éxito empresarial. ¿De qué habla? ¿Sobre qué opina? ¿Al final ha mencionado la empresa en esa entrevista o se ha limitado a hablar de si mismo?
Cuidado con las reuniones: egos al poder,no.
Si tenemos un jefe de estas características será muy dado a convocar reuniones. Si a una persona le gusta hablar, o más bien, escucharse ¡socorro, te anticipo que después de dos horas no habréis llegado a nada! y serás más viejo que cuando entraste por la puerta.
No se trata de ego, que también, sino de desorden mental, en el buen sentido de la expresión. Si una persona tiene una empresa, está al frente de otro proyecto, viaja constantemente, no te va a dejar ni en sueños que le representes en ningún lugar, y si lo hace él estará allí: ¿crees que puede hacerlo todo bien? Imposible, por eso sus reuniones son eternas, ineficaces, y aunque él trata de ser amable consigue el efecto contrario: irritar a los empleados que salen de esa reunión pensando: ¿Qué ha dicho y qué hacemos al final? Un cúmulo de ideas vagas ha sido todo lo que ha propuesto.
Termino con un ejemplo de buen líder, el que se mezcla con su equipo, el líder democrático:
Ser un líder no significa ser el más fuerte, el más listo, el más simpático, ser un líder, un buen líder es el que conoce la palabra humildad, es optimista, con un toque de realismo, tenaz y sobre todo: se crece ante las adversidades frente a un grupo al que motiva con su entusiasmo y capacidad resolutiva.
Robert Swan
Dentro del libro “La experiencia del liderazgo” Richard L. Daft, podemos destacar algunas ideas atractivas para aplicar en nuestro día a día cuando debamos ejercer ese liderazgo democrático efectivo. Cuando las cosas se ponen feas, hay que recordar los triunfos y celebrarlos. El explorador y aventurero Robert Swan, el primer hombre que pisó los dos polos, compartió sus experiencias con los directivos de Coca-Cola España ¿Qué tiene que ver una expedición al Polo Sur con un comité de dirección?
¿Acaso los riesgos son los mismos en uno y otro caso? La respuesta, en un principio, es un rotundo no. Pero a nadie se le escapa que la empresa busca conocimiento e inspiración fuera de su ámbito y que aprecia los consejos que procedan, por ejemplo, de un explorador curtido en la Antártida.
Ha encabezado varios viajes a la Antártida. En ellos ha vivido momentos críticos. "Una de las cosas más difíciles es motivar al equipo,confiesa. Cuando se está abatido, lo más fácil es dejarse morir en la nieve, y ése no es un momento para hacer discursos. Para superarlo, tienes que tomarte la molestia de entender a los demás y hablarles de las cosas que son verdaderamente importantes para ellos, la familia, los amigos, los sueños, las esperanzas... con el objetivo de hacerles seguir hacia delante".
En su estrategia líder, el sentido del humor desempeña un papel fundamental. "Para el equipo es muy importante celebrar los éxitos. Precisamente cuando las cosas se ponen feas, hay que recordar los triunfos y celebrarlos". A veces, el éxito o el fracaso de una misión dependen de una toma de decisiones. Pero este ejercicio se complica si se trabaja in extremis. En este sentido, Swan dice:
"Tomas un montón de decisiones antes de ir o, lo que es lo mismo, llegas a un acuerdo antes de empezar cualquier proyecto -afirma-Por ejemplo, después de 800 kilómetros hacia el Polo Sur, la gente está demasiado débil para llevar a alguien con una pierna rota. Por eso, antes de empezar la expedición al Polo, decidimos que si alguien no podía andar después de medio camino, tenía que ser abandonado a su suerte. Tomar una decisión antes de que suceda el problema es una buena táctica".
Swan es uno de muchos ejemplos de deportistas o supervivientes de grandes catástrofes que sirven como modelo para implantar en una empresa u organización.¿Las razones? Su misión se asemeja en un contexto más hostil donde la muerte es el factor que no existe en una empresa- a las estrategias que se han de llevar a cabo cuando manejamos a un grupo de personas y nos eligen como líder o guía del equipo.
Destacamos varios aspectos de su reflexión:
- El sentido de humor
- Motivar
- Ofrecer esperanza
- Anticipación a los problemas
- Celebrar los éxitos
El sentido de humor no está presente en las organizaciones por normal general. Se asemeja una sonrisa o una risa a baja productividad, cuando lo que conlleva es una mejora del clima y predisposición a trabajar en equipo con un talante más positivo y productivo. Motivar es importante. Lo más difícil pero con resultados óptimos si se sabe hacer bien.
Elijo a Robert Swan y a muchos otros que han tenido que ejercer de líderes para sobrevivir.
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