Uno de los principales temores que tienen los emprendedores en sus etapas iniciales, especialmente los novatos, es el miedo al fracaso. Sin embargo, muchas veces la ilusión y motivación para sacar adelante los proyectos vencen a esta incertidumbre, lo que muchas veces acaba siendo la causa principal del éxito.
Esto está muy relacionado con el miedo a fallar a nuestro entorno. En efecto, y dado que muchas veces la financiación inicial de nuestro proyecto nos la facilitan nuestro entorno (en los países anglosajones, el famoso Family, Fools and Friends), el temor a que terminar nuestro camino antes de tiempo es una losa demasiada pesada que muchas veces genera mucha presión sobre nosotros.
Sin embargo, es más adelante, cuando el proyecto está consolidado e, incluso, acaba siendo exitoso, cuando a los emprendedores les acaba sobreviniendo un sentimiento de soledad. Según numerosos psicólogos, esta sensación es provocada por numerosos factores, desde una familia que no nos apoya en nuestro proyecto hasta un país donde los empresarios no gozan de muy buena imagen.
Ahora bien, es en las relaciones con nuestros empleados donde más problemas pueden darse. Bien sea porque nuestro equipo de trabajo no comparte nuestra estrategia o porque no sabemos motivar, podemos encontrarnos ante una situación de difícil solución que puede poner en riesgo la estabilidad de nuestro equipo de trabajo.
Por último, nunca estaremos exentos de que existan conflictos con nuestros socios, máxime si son familiares. Las relaciones personales son una fuente de problemas personales, sobre todo si acabamos llevándonos el trabajo y los problemas derivados del mismo a casa.
En Pymes y Autónomos | Los verdaderos problemas para los emprendedores
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