La transformación digital sigue siendo uno de los mayores desafíos de las empresas modernas. Se ha convertido en un elemento necesario para impulsar el crecimiento empresarial, que mejora la productividad y eficiencia de las organizaciones modernas. Sin embargo, las pymes son rehacias a implementar nuevas herramientas en sus procesos, retrasando esta implementación tan imprescindible y redundando en más costes.
Si bien las grandes empresas, debido a su complejidad y tamaño, son más proclives a adoptar estas metodologías para ayudar a sus equipos de trabajo y mejorar la calidad de sus productos, las pequeñas y medianas empresas no tienen estas necesidades, lo que hace que, en la práctica, vean innecesario este cambio. Estas son algunas señales de alarma.
Ya lo hacemos con papel y boli y funciona
Aunque parezca mentira, todavía hay muchas empresas y autónomos que siguen haciendo sus cuentas y llevando su contabilidad con papel y bolígrafo. Sin embargo, esta forma de trabajar es mucho más costosa tanto en términos de tiempo como en términos económicos y, por supuesto, puede inducir a errores humanos. Si alguno de nuestros departamentos depende en mayor o menor medida del papel, es buen momento de plantearnos si realmente podemos empezar con la transformación digital.
Para qué vamos a involucrar al cliente; ya lo revisará cuando esté terminado
En los proyectos que tienen fecha de entrega, es habitual que el cliente no esté involucrado hasta que el equipo de trabajo tenga un prototipo listo para entregar. Esta forma de trabajar es mucho más costosa y poco flexible, pues cualquier cambio solicitado implica tener que rehacer buena parte de las especificaciones iniciales. Si el cliente está involucrado desde el principio y forma parte del equipo de trabajo, se pueden anticipar mucho antes los cambios en los requerimientos y no es necesario esperar hasta que el producto esté listo.
Nuestros equipos informáticos funcionan bien, ¿para qué cambiarlos?
Es fácil que los sistemas informáticos funcionen de manera correcta después de años de funcionamiento, lo cual no significa que sean eficientes. En muchas ocasiones, cambiar todo el hardware y el software supone una inversión inicial alta pero que acaba redundando en una reducción de costes. Además, algunos sistemas operativos, como Windows XP, han dejado de dar soporte a sus usuarios. ¿Qué ocurrirá si algún día tenemos algún problema?
No necesitamos los nuevos canales digitales
Nunca ha sido tan sencillo llegar a nuestros clientes. Canales como las redes sociales son ideales para promocionar nuestra empresa y dar un buen servicio al cliente. En mayor o menor medida, todos los consumidores pueden interactuar con las marcas a través de canales digitales. Además, permite tener un canal promocional sencillo de realizar y, sobre todo, gratuito, para dar a conocer nuestros productos y servicios. Sin embargo, no todos lo tienen claro.
Yo ya soy muy viejo y esto es muy difícil de aprender
Muchas personas de una cierta edad sienten que la transformación digital es una cosa para personas jóvenes y que ellos ya no están para adquirir este tipo de conocimientos. Si bien es complicado convencer a alguien con estos planteamientos, las nuevas herramientas son cada vez más sencillas de utilizar e intuitivas, de manera que el cambio es apto para todo el mundo, sea cual sea su edad.
En general, los empresarios renuncian a todas las ventajas de la transformación digital por desconocimiento. Inversiones muy costosas, aprendizaje muy complejo o renuncia a utilizar y cambiar los procesos son algunas de estas razones. Sin embargo, lo más probable es que no nos quede más remedio que cambiar. Y seguro será para bien.
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