Cuando sopesamos acceder a un determinado puesto de trabajo, pensamos que el candidato o candidata que finalmente acceda a la posición, deberá contar con la experiencia profesional más adecuada, la formación necesaria, y el mejor expediente académico. Respecto a esta última cuestión se ha hablado mucho esta semana, después de que el responsable de RRHH de Google, Laszlo Bock, asegurase que es irrelevante.
Aunque no discrepo del todo con este señor, ya que todos conocemos personas en nuestro entorno profesional y/o personal, que sin contar con un buen expediente están haciendo una carrera de éxito en el mundo de la empresa, y viceversa. Creo que es importante porque diferencia a los profesionales que se han esforzado al conseguir su formación y a los que no.
Aunque con el paso de los años, y a medida que los profesionales van acumulando experiencia se les comienza a valorar por lo que saben y lo que pueden demostrar. El expediente académico es una información que no podemos obviar, especialmente si los candidatos que tenemos que valorar apenas cuentan con experiencia laboral o se trata de egresados recientes de sus respectivas titulaciones profesionales.
Creo que este asunto no es ni blanco ni negro, y si muy gris, y como tal debemos contemplarlo junto a un cúmulo de circunstancias y méritos, y aunque se conoce que la cultura del esfuerzo no 'vende' siempre en la sociedad actual, resulta imprescindible si queremos seleccionar al mejor candidato en base a elementos objetivos.
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