Todos estamos de acuerdo en que mantenerse actualizado en los conocimientos y mejorar nuestra formación de forma continua mejora la empleabilidad. Los trabajadores tienen más posibilidades de encontrar un nuevo puesto. Pero cuando estamos en una empresa, de quién es la responsabilidad de mejorar la formación.
Podríamos pensar que la mayor beneficiada es la propia organización, dado que mejorar la capacidad de sus empleados implica una mejora de la productividad que estos pueden alcanzar. Sería la empresa la responsable de ofrecer la formación que considere interesante para su actividad. Y sin embargo no es esto lo que parece desprenderse de diversos estudios.
Los trabajadores de forma mayoritaria consideran que es su responsabilidad mantenerse al día en lo que respecta a la formación. De esta forma la carga de la formación recae sobre el propio empleado y esto no siempre es bueno para la empresa. Porque muchas veces lo que nos interesa aprender y la actividad que se desarrolla en el día a día no están tan directamente relacionados.
En este sentido muchas veces la formación va a suponer la posibilidad no de mejorar en nuestro puesto, sino de acceder a un ascenso, ya sea en nuestra organización o pasando a la competencia. O mejorar nuestro salario al aumentar nuestra responsabilidad. Por eso suele ocurrir que la formación que busca la empresa está dirigida a mejorar la capacidad del empleado en cuestiones específicas del día a día.
El empleado busca formación que haga más atractivo su currículo. Y en este sentido no le importa hacer los cursos fuera de las horas de trabajo, dedicar su tiempo libre a mejorar. Los cursos ofrecidos por la empresa, por el contrario, suelen realizarse dentro del horario laboral. Lo que está claro es que quedarse parado hoy en día no es una opción.
En Pymes y Autónomos | ¿Cómo influye la inestabilidad laboral en la formación de los empleados?