Sigo con las reflexiones sobre lo visto y oido en la jornada de emprendedores a la que asistí ayer. Como comenté en el post anterior, algunas de las actividades tenían como protagonistas a emprendedores que han puesto en marcha su proyecto y comentaban su experiencia y las dificultades para sacar adelante su idea. Obviamente, el tema financiero es la mayor dificultad que pueden tener los emprendedores para poder desarrollan su negocio.
Haciendo un ejercicio de autocrítica, el desconocimiento y la falta de profesionalidad del empresario novato es un obstáculo a la hora de presentar, hacer valer y negociar con las entidades financieras una posible financiación de esos proyectos.
Reconociendo que esto es así en la mayoría de los casos, no puedo sin embargo, y enlazándolo con mi post anterior, llegar a la reflexión de que la falta de profesionalidad parte también de las entidades de crédito. O eso, o hay un distanciamiento total del negocio bancario de la realidad empresarial o, lo que es peor, el negocio bancario se ha quedado totalmente al margen de la evolución que ha ido sufriendo el mundo empresarial.
Viene esto al hilo de que desde muchos ámbitos se ha puesto de manifiesto la necesidad que tienen las pymes de crear valor, de diferenciarase y de innovar. Uno de los participantes comentaba que su proyecto se basada en eso, un concepto nuevo de un negocio que ya existe, una innovación para dar un sentido distinto a una actividad tradicional.
La cuestión es que las dificultades para encontrar financiación para él, igual que para otros emprendedores innovadores, viene dada porque los bancos no ofrecen financiación para este tipo de proyectos porque no tienen una referencia que demuestre que ese modelo puede tener éxito. Comentaba que había tenido que recorrer 9 entidades bancarias para, al final, tener que recurrir al amigo de un amigo que es director de una oficina bancaria para poder conseguir ese capital necesario para empezar.
O sea que tenemos que innovar pero a la vez no podemos ofrecer nuevos modelos. Si queremos financiar proyectos, debemos copiar lo que ya existe y, aun así, tampoco nos garantizan que nos vayan a prestar el dinero que necesitamos para llevarlo a cabo. Eso sí, cosas nuevas que no hayan sido probadas antes no, por favor.
Los bancos, como instituciones privadas, son muy libres de dictar su política de riesgos y a quién le prestan o no su dinero. No voy a ser yo quien les diga cómo deben gestionar su negocio, y menos con los beneficios que tienen año tras año, lo que me preocupa es el modelo que nos serviría para dar un cambio de rumbo a este sistema económico, de ladrillo y vacaciones, que vemos que no funciona, y que está totalmente enfrentado con unas instituciones que no quieren apostar por él.
Está claro que Steven Jobs o Bill Gates no tendrían futuro en nuestro país.
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