Ser autónomo supone un problema a la hora de acceder a la financiación. Y no hablamos ya de un tema de negocio, sino a cualquier oferta financiera que para un empleado con nómina resulta sencillo, para los trabajadores del RETA es poco más que una odisea. ¿Se valora más una nómina que a un autónomo solvente para acceder a un crédito?
La experiencia indica que así es y no debería serlo. Un autónomo con ingresos demostrados, un histórico que marque la solvencia de su negocio no debería tener problemas para acceder a la financiación de un vehículo o meterse en una hipoteca.
Pero la realidad es que al analista de riesgos le parece que una nómina de mileurista con un contrato indefinido, que tenga unos cuantos años de antigüedad es más seguro que un autónomo que puede presentar muchos más ingresos que este trabajador por cuenta ajena.
Y es una de estas cosas que pasan desde hace años y uno de los aspectos que como autónomo nos molestan bastante. Porque además con la volatilidad del mercado laboral, aquellos que llevan más de dos años en la misma empresa hoy casi son minoría.
Una nómina o un contrato indefinido poco significan en el siglo XXI. Puede que para una financiación a 6 meses sea algo más solvente, pero a medida que aumentan los plazos, pierde su efectividad. Y no es solo crédito al consumo, muchas veces también ocurre con el alquiler de una vivienda, y no digamos ya a la hora de pedir una hipoteca.
La cuestión es que en muchos casos cuando se consigue las condiciones de la financiación son peores que las que se ofrecen a un trabajador por cuenta ajena. Pero a la vez se le exigen mayores garantías, en muchos casos con avales como condición para tener dicho crédito.
Y esta no deja de ser otra de las razones por las que el desánimo cunde en el colectivo que se ve minusvalorado respecto a otros empleados que tienen más derechos y oportunidades para financiarse que ellos.