Desde hace unos años a la actualidad todo el mundo habla de innovación, de innovar y lo importante que es la investigación y el desarrollo, y muchas otras cosas por el estilo más en las empresas y en las propias carreras profesionales, y que duda cabe de que así es. Pero todo el mundo que habla de innovación ¿realmente innova? Lo dudo.
Innovar no es de manera común simplemente pintar unos topos negros en una pared blanca y esa pared ya es innovadora, innovar no es hacer lo mismo que hace otro pero simplemente coloreándolo, a no ser que ese coloreado realmente aporte una distinción importante.
Y digo esto, porque en la actualidad hay mucho innovador suelto por nuestras calles, pero que creo, que más que realmente innovadores son embaucadores en busca de la gloria rápida, o peor aún, son estafadores directamente que se quieren aprovechar de las auténticas, estas sí, innovaciones de los demás.
Como profesionales y como empresas hemos de poner todos nuestros esfuerzos y dedicación en innovar, hemos de procurar tener una capacidad creativa y preparada para provocar cambios importantes. Pero no nos engañemos pintarle rallas a un gato no lo convierte en un tigre, ni a nosotros el gato-tigre pintado nos convierte en innovadores, pues más bien nos transforma en embaucadores de bajo vuelo.
En Pymes y autónomos | La importancia de la innovación
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