El tema salarial resulta espinoso, tanto dentro de cada empresa en concreto como a nivel social. Es uno de eso factores que suele originar tensiones, y de los que se suele hablar, a pesar de su naturaleza, más con el corazón que con la cabeza. Hagámonos por un momento esta pregunta: ¿qué nos cuentan los salarios?
Con la misma hemos de trata de responder el sentido que tiene que unos cobren más que otros, que no deja de corresponderse, en cierto modo, con la fijación de precios para otros factores como los materias primas, recursos energéticos, mercancías, etc...
En este sentido me parece interesante la reflexión que realiza Robert Murphy, en la que incide en que ni precios ni salarios transmiten la importancia moral ni vital para una sociedad de esos bienes o trabajadores. Por el contrario señalar que están íntimamente ligados a la escasez de los mismos en relación con la demanda (algo que si a nivel de mercancías se suele entender, a nivel salarial, por anteojeras de moralina, cuesta mucho más).
Como el mismo parece reconocer la afirmación genera merece matices. Y es que lo que si que retrata a una sociedad es la demanda de bienes y servicios. Murphy señala que hay poco jugadores de nivel en el fútbol, pero que hay muchos profesores disponibles para dar clase. Yo diría que esa sociedad pide un nivel superlativo para esos jugadores de fútbol mientras que le vale casi cualquiera para dar clases.
En todo caso está claro que en los precios hay mucha más información de la que parece, y que los empresarios deben ser capaces de analizarla, de interpretarla.
Vía | anarcocapitalista En Pymes y Autónomos | Algunos errores comunes en la fijación de precios, Los bajos salarios incentivan la fuga de profesionales cualificados