No es ninguna novedad que la reapertura de muchos negocios viene de la mano de un aumento del gasto debido a las medidas sanitarias que hay que adoptar. No solo se trata de desinfectantes, material como guantes o mascarillas, sino también del tiempo empleado en estas tareas. Por eso muchos están pensando qué hacer con la tasa COVID, ¿la asumen los negocios o la repercuten a los clientes?
La primera cuestión es que si la asume el negocio va a reducir su margen de beneficio. Y esto para muchos de ellos es muy duro de aceptar precisamente ahora que necesitan más ayuda que nunca. Pero por otro lado, cobrar esta tasa a los clientes puede suponer que se pierda una parte de ellos, molestos por aplicar esta tasa.
La ventaja de la tasa es que una vez que las medidas sanitarias no sean necesarias se dejarían de cobrar. En todo caso hay que tener en cuenta el deber de informar previamente a los clientes de este coste adicional. Y no en todos los sectores se podría aplicar de la misma manera. Por ejemplo en hostelería ya se paga un servicio, que normalmente se incluye en los precios, por lo que el coste de limpieza e higiene de la mesa se podría entender como parte de este servicio que es indispensable para consumir en el local.
Es legal aplicar la tasa en la mayoría de los sectores, pero esta tiene que ser proporcional y no puede ser abusiva. Aplicar un pequeño plus compensará en cierta medida los gastos, aunque no sea todo y al menos se mantienen los precios de antes del cierre.
La opción intermedia es repercutir la tasa en los precios, subiendo algunos de ellos para compensar en cierta medida este gasto. De esta manera además el cliente se sentiría menos molesto al no encontrar esta tasa especificada en su factura, algo que en muchos casos supone un problema.
En todo caso las empresas tienen que ser conscientes de si les interesa perder un cliente que a largo plazo les va a dar más beneficios por cobrar una tasa durante seis u ocho meses. Lo cierto es que como ocurre con el comercio online, la competencia muchas veces acaba por dictar que hacer. Si en la terraza de mi bar cobro tasa, pero en el de al lado no, ya sabemos que va a pasar.