Que el SEPE está colapsado desde hace meses no es ningún secreto. Ocurre poco más o menos lo mismo con otras administraciones como Seguridad Social o Agencia Tributaria, aunque en menor medida. La reducción del número de citas que puedan dar por las restricciones sanitarias sumado al aumento de trabajo pone de manifiesto los problemas de nuestra administración. Y el mejor ejemplo no es otro que el caos del SEPE y el tráfico de citas en el mercado negro.
Donde hay una necesidad surge el negocio. Y esto no es algo nuevo, solo que antes no afectaba al grueso de la población o era en momentos puntuales. Lo hemos visto con citas en inmigración en momentos concretos, en el Ministerio de Justicia a la hora de pedir certificados cuando nuestro trabajo tiene que ver con educación o tratamos con menores, etc. Pero ahora es más grave y no parece que se quiera o se pueda solucionar.
¿Cómo funciona este tráfico de citas? Muy sencillo, cuando el SEPE libera citas para poder solicitarlas, las mafias organizadas ya tienen sus programas informáticos preparados para hacerse con ellas, sin que el resto de los usuarios que necesitan ese servicio puedan acceder a las mismas. Y después se revenden dichas citas.
Da igual que alguien quiera solicitar el ingreso mínimo vital o tengamos que acudir para solicitar nuestra prestación por desempleo. No hay citas y las que hay son para dentro de varios meses. En esta situación muchos no dudan en pagar por adelantar el trámite cuanto antes. Lo peor es que lo sabe todo el mundo pero no se pone solución.
Que por otro lado es bastante sencilla. Basta con que la cita sea nominal y no se atienda a otra persona aunque venga con dicha cita. De esta manera si alguien ha venido con la cita a nombre de otro la misma quedaría libre. No es una solución, pero permitiría atender a un número concreto de personas que cojan cita en la oficina ese mismo día y se acabaría con el mercado negro.
El problema que la administración no es que precisamente sea ágil para resolver este tipo de cuestiones. Lo hemos visto a la hora de tramitar ERTES. No hay personal formado para hacer este trámite y entre que se forma, se ponen de acuerdo en el formato de la hoja de cálculo, se vuelve a cambiar la normativa, al final pasa lo que pasa.
Y no basta con trasladar el problema a los administrados y que se busquen la vida a través de asesorías, sean empresas, trabajadores o simples ciudadanos que tienen que realizar cualquier trámite. Hay que dar una respuesta ágil y solvente a este tipo de asuntos ahora, que es cuando la gente lo necesita, no dentro de un año que posiblemente estemos en una situación diferente.
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