Por qué el SEPE no es una agencia de empleo (y nunca lo será a pesar de las reformas)
Uno de los motivos por los que las empresas acuden a empresas de trabajo temporal para encontrar personal es la rapidez y agilidad que prestan para completar las plantillas. El reclutamiento de las personas idóneas se externaliza para que la terna de candidatos que nos presentan sean los más adecuados a las necesidades de nuestra empresa. Esta es una de las razones por las que el SEPE no es una agencia de empleo y nunca lo será a pesar de las reformas.
El loable el objetivo de hacer del SEPE una entidad que intermedie entre desempleados y empresas. Teóricamente ya lo hace, al menos en parte, orientado la formación de los desempleados para que puedan aprender las habilidades que les hagan más atractivos para las empresas que demandan empleo.
La administración pública es cualquier cosa menos ágil
De lo que estamos hablando tras la reforma del SEPE es de crear una base de datos de desempleados que se orientan por un perfil determinado a cubrir un puesto de trabajo. Esto puede que sea útil para unas pocas empresas, pero dudo mucho que lo sea para la mayoría.
Un ejemplo es el portal Empleate que lleva años en marcha con éxito. Sirve para que muchas empresa publiquen vacantes y también para que mucha gente que busca trabajo se pueda inscribir en las mismas.
Falta el último paso, que es lo que quiere resolver el SEPE, cruzar los datos entre vacantes publicadas de manera automática con los inscritos como demandantes de empleo. Para ello el uso del Big Data y la Inteligencia Artificial tendrían que resultar de ayuda para ofrecer una selección de los candidatos que cumplan los criterios.
Y es aquí donde luego surgirían las incógnitas, ¿llamará el SEPE a dichos candidatos para citarles a una entrevista? ¿Facilitará los datos a las empresas para que sean ellas las que se pongan en contacto con estos desempleados? ¿Se podrá rechazar un trabajo si no nos interesa sin perder la prestación?
Porque no hay que descartar esta variable en los solicitantes que están cobrando prestación por desempleo. Se puede dar el caso de que no estén interesados en volver a trabajar hasta que no entren en los últimos meses de su prestación.
Todo esto hace que en muchos casos la propuesta de candidatos no sea más que una pérdida de tiempo para las empresas, una vez que realizan entrevistas y ven que de todos los que se han presentado, no todos están predispuestos para aceptar el trabajo.
Un candidato que se ha inscrito en nuestra oferta de forma proactiva en cualquiera de los portales de empleo que están funcionando actualmente sabemos de forma cierta que está buscando trabajo. Y estar inscrito en el SEPE no es equivalente.
Muchas veces simplemente están porque lo necesitan como requisito para inscribirse en un curso de formación, por ejemplo. Y esta es otra de las variables, ¿qué ocurre si estamos en un curso de formación y nuestra candidatura la envían a una empresa? ¿Abandonamos la formación para empezar a trabajar?
Una alternativa para las empresas más pequeñas para atraer candidatos
Además hay que tener en cuenta que no todas las empresas van a publicar sus vacantes en el SEPE. Si el proceso resulta ineficiente, si la selección de candidatos que plantean es una pérdida de tiempo, pocas lo harán.
Puede que resulte de ayuda para las empresas más pequeñas, que tienen menos visibilidad o posibilidades de atraer candidaturas. Es aquí, donde el SEPE puede suponer una alternativa a publicar la vacante en otros portales de empleo que ya están en marcha. Y sobre todo, no tendrá coste para ellas.
Por supuesto no hablamos ya de puestos muy especializados o de alta demanda, donde las empresas tienen que acudir a reclutadores profesionales para que les encuentren candidatos, que muchas veces están trabajando en otras compañías de la competencia.