Ante la necesidad de buscar espacios de trabajo compartidos para varios profesionales, descubrir nuevos proyectos que se celebran en una misma ciudad y buscar sinergias entre diferentes profesionales, hace poco más de década se pusieron en marcha en todo el mundo los espacios de coworking.
El crecimiento ha sido espectacular. Según datos de Statista, de los poco más de 160 espacios de coworking que había en 2008 en el mundo, en la actualidad hay casi 19.000, 120 veces más en tan solo una década. Según diversas estimaciones, hacia finales de este año **habrá en torno a 1,8 millones de profesionales trabajando en espacios de coworking.
Estas cifras ponen de manifiesto la demanda y necesidad de este tipo de espacios, especialmente para aquellos trabajadores que buscan hacer contactos, obtener sinergias y buscar nuevos proyectos profesionales. Sin embargo, a pesar de este impresionante crecimiento, los beneficios no han ido parejos. De acuerdo a la encuesta global de Rentabilidad de Coworkings 2017, el 60% no son rentables.
En España la situación no es mucho mejor. Según un informe de la Comunidad Coworking, el 38% de estos espacios cerró sus puertas durante 2016. La razón fundamental es la imposibilidad de reducir costes. El 40% del dinero que se gasta va destinado a pagar alquileres, ya que tan solo el 18% tiene el local en propiedad. A todo ello hay que añadirle costes de mantenimiento, empleados, equipos, etc. Un conjunto de costes fijos que sería complicado reducir en cualquier negocio, y el coworking no iba a ser una excepción.
Sin embargo, los ingresos provienen fundamentalmente del alquiler de los espacios de trabajo, ya sean públicos, oficinas privadas o zonas para eventos y reuniones. Y si en un momento determinado los ingresos escasean y los costes se tienen que mantener, el negocio flojea y deja de ser rentable. Ni los coworkings más grandes han aguantado este modelo de negocio.
Y es que, a pesar de su popularidad, cada vez más creciente, el modelo de negocio del coworking parece abocado al fracaso. Los números así lo confirman.