Si en un contexto normal, las personas con alguna discapacidad lo tienen complicado para formar parte del mercado laboral, en estos momentos de pandemia, la dificultad aumenta. Justo cuando la inclusión comenzaba a formar parte de nuestro lenguaje y hablábamos de distintas capacidades, hay que volver a reivindicar a este colectivo de personas valiosas.
Las nuevas contrataciones de profesionales con discapacidad intelectual han descendido un 80% desde el inicio de la pandemia del coronavirus, según datos de la Oficina de Empleo Fundajobs, de la Fundación A LA PAR.
La destrucción de este tipo de empleo, tiene un doble impacto: por un lado, la propia destrucción del empleo en sí misma, y por otro, que los sectores vulnerables retornarán al circuito asistencial volviendo a depender de la administración. Y si hay algo que a una persona le haga sentirse válida, esa es tener un trabajo.
El esfuerzo que hacen desde numerosas asociaciones en España, para formar y que hombres y mujeres con diferentes capacidades puedan trabajar en diversos puestos, está dando un paso atrás ya que las empresas no atraviesan un buen momento, y ellos son los últimos de la lista de prioridades.
Para darle un vuelco a la situación están echando mano de la imaginación, adaptándola a las necesidades del momento. En algunas fundaciones han creado una formación relacionado con el Covid-19, porque ahora muchas empresas precisan de esa figura que esté pendiente de que se cumplan los protocolos de seguridad, la distancia en las filas, las mascarillas, el gel, etc.
El confinamiento no fue positivo a nivel psicológico para la gran mayoría de nosotros, pero para las personas con discapacidad al no conectarse por internet, les ha llevado al aislamiento cuando habían avanzado gracias a sus empleos y rutina.
Por ello, es necesario que poco a poco, se reincorporen a sus actividades y sobre todo que se inicien en la transformación digital, ya que les ayudará a nivel profesional y personal.
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