Si buscamos artículos relacionados con ambición o falta de ella, encontraremos asociados términos peyorativos tales como: mediocridad, fracaso,vergüenza, apatía...
f. Deseo ardiente de conseguir algo, especialmente poder, riquezas, dignidades o fama.
f. Cosa que se desea con vehemencia. Su mayor ambición es vivir en el campo.
¿Pero y si la carencia de esa ambición no fuera algo malo en el ámbito laboral? En el desprecio de la ambición se encuentra uno de los principios esenciales de la felicidad sobre la tierra. Aseguraba el filósofo y escritor francés, Voltaire.
Ejemplos
Siempre que pensamos en una figura que nos pueda servir de inspiración o motivarnos, apostamos por personajes foráneos. Pero, en ocasiones las ideas o los proyectos nacen con inicios un tanto surrealistas.
El protagonista de esta defensa de la falta de ambición es José Miguel Monzón Navarro, más conocido como El Gran Wyoming. Durante una entrevista confesó:
Todo parte de una falta total de ambición. Estuve ocho años en un bar tocando con el Maestro Reverendo. Durante cuatro años sin salir del bar y otros cuatro alternándolo con otro local. Pero no fue duro. Eso es duro si la ambición te corroe y piensas, ¡joder!, llevo ocho años sin salir de este puto bar. Eso se puede convertir en una tortura, pero yo era muy feliz allí.
Durante muchos años fue el presentador de un programa de éxito: Caiga Quien Caiga, tras lograr unas audiencias históricas, y una gran popularidad decidieron acabar el programa. Wyoming se dedicó a dar conciertos.
De hecho, quien escribe lo vio en su Universidad gratis junto al Maestro Reverendo. No se quedó en casa pensando que como la televisión le había cerrado las puertas, era un fracasado. Un auditorio repleto de estudiantes deseosos de oír sus canciones fue la respuesta.
Cuando uno no se queda dormido en los laureles, pero tampoco detesta lo que hace a nivel laboral porque le reporta una satisfacción personal, al final logra el éxito.
El problema es que el éxito está asociado a pisar al de al lado, en triunfar por encima de quien sea y a costa de lo que sea: incluso nuestra felicidad. La ambición por la ambición es absurda.
Mantener los ojos abiertos y aprender de cada puesto de trabajo nos forjará una carrera donde quizás, con menos títulos que otro logremos que se fijen en nosotros por un desparpajo y una experiencia que jamás aprenderíamos en una universidad.
Quizás el éxito no esté relacionado con ser ambicioso, sino con ser inteligente y con poseer una personalidad construida sobre pilares fuertes, a la que no le importe el que dirán si en un momento de su vida ha de limpiar, o de cuidar de un jardín.
Las voces que asocian la falta de ambición a: miedo a triunfar, comodidad, queja... también podrían plantearse que no querer dirigir una empresa, sino hacer bien tu trabajo y llegar satisfecho a casa también es un gran logro.
Y si durante el camino, aparece una oportunidad, una persona con falta de ambición pero trabajadora y optimista la tomará y tal vez la disfrute tanto o más que quien lleva dejándose el alma en ocupar el mejor puesto de su empresa.
En Pymes y Autónomos|¿Ser grande a cualquier precio?
Imagen|Prawny