A todos los cinéfilos les sonará esta frase de Cabaret. Puede que con algún matiz es una realidad. Pero lo que es indudable es que lo importante del dinero es que esté en circulación porque en caso contrario, los efectos son extraordinariamente contraproducentes por el riesgo de colapso de la economía.
A todos los que les interese la economía les sonará o habrán oído hablar de la paradoja de la frugalidad, que sucintamente consiste en que cuando se produce un exceso en el ahorro, el consumo se reduce, disminuyendo en mayor proporción la demanda agregada y por tanto, el ingreso persona, produciéndose un circulo vicioso que obliga a los individuos a utilizar sus ahorros por la fuerte caída en sus ingresos.
Según los datos de los Técnicos de Hacienda el impacto que tendrá las reformas en el IVA será un incremento del 2% del PIB de la economía sumergida, ya que cada punto de subida del IVA incrementa el volumen de economía sumergida en un punto de PIB. Esto traducido a unidades monetarias supondrá unos 20.000 millones de euros que dejaran de recaudarse, o lo que es lo mismo, un tercio de las previsiones totales realizadas por el Gobierno con estos ajustes.
En términos de fraude y evasión fiscal se estima que volumen que elevará el volumen global del fraude alcance el 25 ó el 27% del PIB, aproximadamente un cuarto de billón de euros. De este modo es bastante probable que España se consolide como el país con mayor volumen de economía sumergida.
Retomando lo que indicaba al principio el dinero tiene que estar en constante movimiento y ha de facilitarse que fluya. Los autónomos, por su incuestionable peso en nuestra economía, asumen un rol fundamental en este sentido. Por tanto, el propio sistema abrirá vías alternativas para que el dinero fluya y con movimientos tan restrictivos como los de los ajustes de una semana, al final lo que se consigue es que se cumpla la paradoja de la frugalidad y el resultado sea contrario al perseguido por el Ejecutivo.
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