Los establecimientos comerciales tienen dos frentes abiertos en materia de consumo eléctrico. Iluminación y climatización son los grandes consumidores de electricidad. Ni que decir tiene que si en la ecuación entra cualquier tipo de fabricación, almacenamiento frigorífico o refrigerado, el estudio de ahorro energético debe ser inmiinente. Muchos establecimientos no cuentan con sistemas adecuados de aislamientos, cristales térmicos, máquinas frigoríficas o sistemas de iluminación LED o bajo consumo. La frase anterior requiere una inversión de muchos miles de euros para un establecimiento comercial medio pero el ahorro a medio plazo y las mejoras en la cuenta de resultados serán evidentes.
Reducir a la mitad la factura eléctrica en un bar, una tienda o un supermercado va a aumentar nuestra rentabilidad entre un 4% y 9% en función de la facturación, inversión y consumo real de electricidad que tengamos. Basta con coger una calculadora, sumar los consumos y pedir precios a las empresas especialistas en eficiencia energética, climatización e iluminación. Nos podemos sorprender de los resultados económicos que se presentan, tal y como ha decidido Cortefiel en su cambio de política energética.
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