La mejora de la actividad económica ha hecho que muchos españoles hayan dejado a un lado su espíritu emprendedor. Esto es lo que al menos se constata del séptimo Estudio Global de Emprendimiento, realizado por la empresa Amway en colaboración con la escuela de negocios ESADE.
Así, en un clima español caracterizada por el crecimiento de la producción y el empleo, la actitud emprendedora en España se redujo un 7 por ciento hasta el 62 por ciento, mientras que el deseo de convertirse en emprendedor también se redujo desde el 34 por ciento hasta el 3 por ciento.
Los grupos que mayor retroceso experimentaron en el último año fueron las mujeres (55 por ciento menos) y los mayores de 50 años (48%). Las principales razones que los españoles emprenderían son, en primer lugar, por ser su propio jefe (45% de los casos), seguida por el deseo de autorrealización (35%), la vuelta al mercado laboral (20%) y la posibilidad de generar una segunda fuente de ingresos.
Hay varios factores que contribuyen a explicar esta caída en el deseo emprendedor. Por un lado, que muchas personas ya no se ven obligados a arriesgarse a emprender sin quererlo, con los riesgos que ello conlleva, pues pueden acceder a un puesto de trabajo estable e incluso bien remunerado de una forma más sencilla. Por otro lado, la inestabilidad política del año pasado, que hizo de España un país mucho menos propicio para el emprendimiento.
No obstante, la crisis ha contribuido a generar un clima de emprendimiento importante, aunque todavía insuficiente. De hecho, la propia directora de Amway asegura que la necesidad ha sido la principal razón que ha llevado a muchas personas a crear su propia empresa. Por esta razón, España tiene que seguir creando esa cultura del emprendimiento que ayude a generar mucha más actividad económica.
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