Por primera vez hay más bajas voluntarias de contratos indefinidos que de temporales, pero tiene truco

Hasta hace poco tiempo conseguir un contrato indefinido era algo extraordinario. Abundaban los contratos temporales, los de obra y servicio, pero que una empresa te pusiera encima de la mesa un contrato indefinido se veía como un plus añadido para aceptar la oferta. La reforma laboral de Yolanda Díaz cambió esta situación, hasta el punto de que ahora vemos más bajas voluntarias de contratos indefinidos que de temporales.

Según los datos de la Seguridad Social en los primeros cinco meses del año se produjeron 47.996 bajas por dimisión entre los afiliados del Régimen General. Tenemos 22.753 que corresponden a contratos indefinidos, el máximo de la serie histórica. Una cifra que supera por primera vez a las de los contratos temporales, que se situaron en 22.403. El resto son otros contratos que no se encuadran en ninguna de estas dos categorías.


El contrato indefinido no es para siempre

Uno de los miedos que han tenido las empresas para ofrecer contratos indefinidos es lo que ocurre según va pasando el tiempo, el coste de la indemnización por despido improcedente aumenta y el empleado empieza a rendir menos que al principio. Y tenemos una situación complicada donde ninguno de los dos está conforme con la relación laboral.

Encontrar ahora acomodo en otra empresa, que también ofrezca un contrato estable con buenas condiciones es más sencillo. Esto hace que "forzar la situación para que nos despidan" no sea ya la opción elegida por muchos de los empleados que buscan cambiar de empresa.

Ya nadie entra en una empresa y acaba por jubilarse en esta misma 45 o 50 años después

A esto se suma una generación de trabajadores, los más jóvenes, que no están acostumbrados a mantenerse mucho tiempo en una misma empresa, ya sea por finalización de contratos temporales, de obra y servicio o cualquier otro motivo. Son empleados que no tienen miedo al cambio.

Tampoco tienen en muchos casos unas cargas financieras o familiares que les hagan de freno a la hora de cambiar de empresa. Basta con encontrar una oferta laboral más atractiva, que mejore sus condiciones para que no se planteen mucho el cambio.

El contrato fijo-discontinuo, un contrato indefinido serie B

Pero es que además en estos primeros cinco meses del año se realizan la mayoría de las llamadas de los contratos fijos-discontinuos, que son contratos indefinidos, pero que no trabajan todo el año. Este tipo de contratos se utilizan mucho en sectores como la hostelería.

Es un contrato indefinido, que añade más protección a los empleados que un contrato temporal, que les ofrece mejores condiciones para cobrar desempleo, pero tiene el inconveniente que no se trabaja todo el año. Esto es lo que hace que muchos lo vean como un contrato temporal, aunque hay grandes diferencias entre ellos y otros como un indefinido de serie B. No hay que confundir el tipo de contrato con trabajar o no todo el año. 

Y todos hemos visto las dificultades que están teniendo muchas empresas para encontrar trabajadores cualificados en este sector. Lo más lógico es que muchas de estas renuncias se hayan producido porque estos empleados en lugar de incorporarse cuando les llamaban sus empresas han aceptado otras ofertas laborales con mejores condiciones.

Basta con que les ofrezcan más tiempo de trabajo durante todo el año, mejores horarios y, por supuesto, mejor salario, para que no se lo piensen mucho y dejen su contrato fijo-discontinuo para firmar otro.

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