La reforma laboral en España, cuyo objetivo principal era proteger al trabajador y fomentar la estabilidad de los empleos, ha generado resultados inesperados. Si bien el aumento del SMI y la mayor estabilidad de los puestos fijos han ayudado a construir un panorama mejor, la inestabilidad laboral... ha aumentado.
En concreto, España registra un incremento del 145 % en los despidos de trabajadores indefinidos frente a 2021. Este fenómeno pone de manifiesto una precarización del trabajo indefinido y una mayor destrucción de empleo, lo que plantea interrogantes sobre las verdaderas causas y consecuencias de esta situación.
Despedir sale barato
Según datos recientes, todo apunta que el país superará el umbral del millón de ceses laborales en 2024 (en noviembre, marcaban 970.000), lo que preocupa, y mucho, en el ámbito laboral.
Según El Economista, "hay una elevada dependencia del empleo eventual de la economía español, que no se ha reducido simplemente porque la reforma laboral haya restringido hacer contratos temporales". En otras palabras, muchas empresas se ven obligadas a emitir contratos fijos, pero no pueden encajar muchos perfiles dentro de la plantilla de indefinidos, lo que tiene otra cara: los trabajos indefinidos se han precarizado.
Para muestra, el 54 % de los despidos registrados son individuales disciplinarios, frente al 32 % particulares por causas objetivas, o el 3,7% que se debe a despidos colectivos. En estos casos, las indemnizaciones son notablemente inferiores (20 días por año) y denotan también cómo se ha abaratado el despido sin incidir en problemas mayores.
De este modo, si bien la reforma laboral ha conseguido transformar numerosos contratos temporales en indefinidos, esta conversión no se ha traducido en una mayor estabilidad: las empresas, al no disponer de la flexibilidad que ofrecían los contratos temporales, optan por despedir a los indefinidos.
El despido no es la causa principal
Ante todo, toca matizar que el despido sigue siendo una causa secundaria de baja de la Seguridad Social, lo que denota el estado del mercado laboral. En este sentido, los contratos temporales, los fijos discontinuos y la dimisiones siguen siendo superiores, pero el auge de los despidos es otra señal.
A grandes rasgos, La limitación de los contratos temporales ha obligado a muchas empresas a reestructurar su fuerza laboral. Sin embargo, esto choca con sectores con alta estacionalidad o demandas fluctuantes (turismo, hostelería, etc.), esta medida ha derivado en despidos masivos de trabajadores indefinidos ante la imposibilidad de ajustar las plantillas de manera flexible.
No hay que olvidar, además, que España es el país de la UE que lidera la rotación laboral (para muestra, un 5,5 % de trabajadores han abandonado su empleo en los últimos tres meses, lo que demuestra dificultades para retener el talento.
Por último, todo lo anterior se une al hecho de que más del 70 % del tejido empresarial de España está representado por pymes, las cuales a menudo carecen de recursos y estrategias para retener, desarrollar el talento e invertir en formación, lo que genera mayor vulnerabilidad hacia los trabajadores (que no pueden reciclarse) y favorece esta rotación.
La rotación de personal
Esta rotación supone un aumento de los costes para las pymes, que deben afrontar gastos significativos relacionados con la selección y formación de los nuevos trabajadores.
Este tipo de actividades resultan complejas en pequeñas empresas con menor flexibilidad, que se suma a la pérdida de productividad mientras el nuevo empleado se adapta a su puesto de trabajo.
Además, la salida de empleados con experiencia repercute en la continuidad operativa y la calidad de los productos o servicios ofrecidos, lo que se traduce en una pérdida de talento y conocimiento dentro de la organización. También cabe destacar que la incertidumbre generada por la alta rotación perjudica el clima laboral, afectando la motivación y el compromiso de los empleados que permanecen en la organización.
En conclusión, el aumento de los despidos de trabajadores fijos en España se encuentra ligada a la reforma laboral, pero también evidencia la necesidad de revisar las políticas laborales para mejorar la protección del empleo. Este es uno de los grandes riesgos que enfrenta el país, según han recogido medios como El País, que necesitará de acciones coordinadas entre el Gobierno y el sector empresarial.