En la situación económica actual parece que una de las pocas alternativas laborales que se abren para muchos es el autoempleo. Durante la busqueda de un proyecto emprendedor se nos pueden aparecer diferentes alternativas ¿cómo evaluar cuál es la idónea? Desde mi punto de vista hay que considerar tres aspectos previos que son fundamentales en una idea de negocio.
Estos tres aspectos nos deben servir para determinar si la idea puede ser válida y la evaluación debe ser previa a cualquier otro paso a dar para la puesta en marcha de la misma.
¿Es nuestra idea de negocio vendible?
Lo primero que debemos tener en cuenta es a quién va dirigido nuesto proyecto. Debemos plantearnos si nuestros productos o servicios tienen un mercado definido o si hay posibilidad de crearlo.
No hay negocio sin clientes por tanto debemos analizar nuestro mercado objetivo, si hay competencia en el mismo, cómo se comporta esa competencia y por qué vamos a conseguir arrebatarles una parte de sus clientes, etc.
¿Es nuestra idea realizable?
Es evidente que debemos iniciar proyectos que podamos llevar a cabo. Nuestra idea puede ser brillante pero debemos de tener claro que hay que tener (o podemos conseguir) los recursos necesarios para ejecutarla.
Esto incluye el conocimiento del sector y de lo que le rodea, la disponibilidad de los medios de producción para poner en marcha el negocio y qué medios medios económicos son necesarios. De poco valen las ideas si no hay manera de que se lleven a la práctica en las condiciones necesarias para que el mercado las compre.
¿Será nuestra idea rentable?
Este aspecto es tan importante como que es la clave del sostenimiento del negocio.Partiendo de la base de la inversión a realizar y de los gastos de mantenimiento del negocio debemos saber si el negocio tendrá capacidad para generar los ingresos necesarios para absorver todo esto e incluso dar beneficios.
No se trata de adivinar o estimar cifras sino de comprobar que ese mercado objetivo está dispuesto a pagar por lo que le ofrecemos, qué cantidad pagará por ello y si con el volumen de clientes que podemos conseguir y con esas cantidades por clientes vamos a obtener el dinero necesario para que el negocio se sostenga.
Todo esto debe hacerse fuera del papel
Este ejercicio no debe restringirse al papel y a una visión personal de los promotores. No valen previsiones visionarias de los interesados en que el proyecto funcione. Hay que salir a la calle y preguntar, comentar con terceros (formen parte o no de ese perfil de clientes) si comprarían lo que le ofrecemos.
Presentar el proyecto a otras personas que la evalúen y nos proporcionen más ideas o, incluso, critiquen ciertos aspectos del mismo nos abrirá lo ojos sobre el valor de la idea y la manera en la que vamos a darle forma. Una vez que tengamos claro todo esto podremos empezar a trabajar en ello.
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