Aunque 2021 parecía el final de la pesadilla, lo cierto es que las vacunas no terminan de llegar y aún queda un largo trecho que recorrer. Pero, estas circunstancias no frenan la actividad de nuevas empresas. Es necesario dar a conocer su producto o servicio. Cuando se ha invertido tiempo, capital e ilusión, un emprendedor no contempla tirar la toalla.
Vender en tiempos de Covid-19 es poseer información, porque ésta significa poder. No se trata de segmentar a tu público objetivo con las claves de siempre, la información es mucha y por lo tanto hay que saber cómo gestionarla.
La gestión de datos aparece como una necesidad vital. Los datos dan conocimiento del negocio y son claves tanto para la planificación del negocio como para diseñar acciones comerciales con más tino.
No se trata sólo de conocer bien el producto o servicio, sino también el mercado. Hay que tener capacidad de análisis de datos propios, internos y externos. Escoger bien las herramientas para invertir en marketing ayudará a tomar mejores decisiones.
En ocasiones, las respuestas o soluciones las tenemos delante. Se trata de preguntarse qué personas o departamentos de la empresa ayudan a ser más competitivos (a vender más) y así definir un nuevo modelo. Ahí entra ese líder que comentábamos que es capaz de pararse unos minutos para observar a su plantilla y descubrir nuevas habilidades.
A la hora de vender, la información entre todos los trabajadores ha de ser fluida y constante. Estar al tanto de cómo, cuándo y dónde se está teniendo éxito en las ventas es fundamental, y sobre todo seguir una línea coherente en cuanto al discurso y conocimiento del servicio que se ofrece. Almacenar esa información en la nube y que esté a la mano de todos es indispensable.
Cómo vender entonces, en tiempos de Covid-19, reinventándose. Tener interiorizado que Internet es un medio similar a desplazarse en persona para hablar con un cliente.
Hay que apostar por el modelo de venta online y omnicanal, que es lo que ha ayudado a las empresas que mejor les ha ido. Grandes y pequeñas, han crecido mucho gracias a esto y han descubierto que se vende igual, más eficiente y pueden competir.
Y ante todo, crear un espacio web que provoque en el cliente confianza. Una página web es el escaparate de tu producto o servicio, ahora más que nunca, la imagen es fundamental. El servicio puede ser de calidad pero si no está bien envuelto, causará rechazo, aunque empleemos la mejor oratoria vía zoom.
Antes de que llegue la recuperación, haremos bien en apostar por ampliar el mercado. No hay que temer la diversificación. Cuando la pandemia pase, habrá consumidores ávidos de comprar y se percibirá qué países están preparados para vender. ¿Estaremos entre ellos?
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