Hoy recoge el diario El Mundo, una noticia facilitada por la Agencia Europa Press, aportando números sobre la crisis económica en el sector de la construcción.
En este caso los números, afectan a los empleados de la construcción, y no son otros que el número de trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (EREs) autorizados por el Ministerio de Trabajo e Inmigración. En los primeros cinco meses del año se multiplicó casi por cinco, respecto a igual periodo de 2007.
Así, un total de 1.599 trabajadores de la construcción se vieron afectados por un ERE hasta el mes de mayo, un 380% más que en igual periodo de 2007, cuando fueron 333 los afectados.
Además nos señalan que ha sido este sector el único en el que han aumentado los empleados afectados por EREs.
Bien, hasta aquí no hay nada nuevo, la crisis inmobiliaria se veía venir, y llegó para quedarse un tiempo con nosotros. Pero, si el incremento del número de desempleados pueden ser alarmante ahora mismo, probablemente no tendrán nada que ver con los que tengamos en septiembre.
Tampoco digo nada nuevo si comento, que existen empresas de construcción que extinguen contratos temporales en julio para volver a contratar a esos mismos empleados en septiembre. Así se ahorran cotizaciones de seguridad social.
Pero en septiembre no habrá trabajo para todos estos empleados que pasarán a engrosar nuestras apretadas listas de desempleo, sin pasar siquiera por un Ere.
¿Qué haremos con el exiguo superávit que nos queda?
De momento, nuestro Gobierno va a dotar con 56,5 millones de euros a las Comunidades Autónomas con competencias asumidas en materia de desempleo, y servirán para contratar orientadores de empleo.
Esperemos que sean eficaces, porque de lo contrario, parece que contrataremos orientadores para los orientadores de empleo…
Me parece una buena idea, pero necesitamos más medidas.
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