En España unos 2.000 autónomos tienen que echar el cierre cada día a su actividad por cuenta propia, una gran cantidad sin duda que me hace reflexionar de la siguiente manera, ¿es evidente que no sólo hay crisis sino que algo estamos haciendo mal verdad?. Mi idea no es la de culpar a los propios autónomos sobre sus grandes expectativas de negocios que quizá no consigan una gran profundidad de mercado o un gran desarrollo productivo de sus productos, sino ir un poco a la cabeza pensante de toda evolución económica en lo momentos más desfavorecidos, el Estado.
El Estado es en la actualidad el manda más fiscal y el que tiene en su mano el poder y la capacidad de evitar una situación evolutiva desde el punto de vista del desarrollo para los trabajadores autónomos tan involutivo. ¿Entonces por qué no se hace más hincapié en ayudarles?.
La respuesta no es sencilla, en mi opinión el problema es triple: la situación económica no ayuda, las medidas económicas y fiscales aunque no buenas no son todo lo ajustadas que deberían ser y por último que algunas otras medidas no hacen más que perjudicar la situación de muchos de ellos; el ejemplo perfecto la subida del impuesto de hidrocarburos que afecta a más de 300.000 de estos trabajadores.
Un punto favorable para la administración pública fue la creación del RETA, un régimen especial para los trabajadores autónomos y que hacía que tuvieran una mayor protección frete a la TGSS, pero al final el modelo ha sido tan anárquico e inviable como en otras muchas ocasiones.
Los autónomos poco puede hacer, por tanto es momento para que las administraciones empiecen de verdad a gestionar modelos fiscales que funcionen, esa es la única manera de conseguir que más de 60.000 autónomos al mes no pierda su actividad laboral, la única manera de conseguir que el tejido productivo de nuestro país no se vaya a pique; una forma de cuidadosamente recuperar nuestra economía y nuestro PIB desde dentro.
Vía | Opaweb Imagen | daquellamanera