Tarifa plana, de milagro para captar nuevos autónomos a fracaso para mantenerlos

Siempre se ha dicho que para crear un negocio una de las cuestiones más importantes es mantener los gastos a raya. Mientras la facturación no crezca de forma razonable y se amplíe nuestra base de clientes, hay que mantener los gastos de explotación en mínimos. Esto en parte explica por qué la tarifa plana ha pasado de ser el milagro para captar nuevos autónomos a fracaso para mantenerlos.

Las reducciones en la cuota de autónomos son bienvenidas. De esta forma al principio podemos mantenernos con unos ingresos bajos, pero esto tiene una fecha de caducidad al cabo de dos años. Es en ese momento donde se debe haber ampliado la facturación y la base de clientes, para que en definitiva el negocio sea rentable. Si no se ha conseguido, muchos de los autónomos se dan de baja.

¿Quién financia la tarifa plana?

Según datos del Ministerio de Trabajo solo se mantienen un 12,89% de los autónomos que han accedido a la tarifa plana una vez que han perdido todas las bonificaciones. En el caso de los menores de 30 años, un 60% se dan de baja apenas cumplido un año, cuando todavía quedan por delante otros dos de cuotas reducidas. Estos datos está en consonancia con la tendencia histórica, aunque asociaciones de autónomos como ATA ponen en duda la metodología para realizar dicha estadística.

Hay que tener en cuenta que una parte de los autónomos que acceden a la tarifa plana lo hacen no para levantar su propio negocio, sino para acceder a un trabajo precario como TRADE en el mejor de los casos, donde los ingresos apenas van a dar para superar el salario mínimo. A la más mínima oportunidad se dan de baja en autónomos.

Además hay que sumar el daño que hace a las cuentas de la Seguridad Social, ya que deja de ingresar una cantidad significativa, puesto que esta tarifa plana no está financiada vía presupuestos. Es una cuestión de las que tendrán que resolver el nuevo Gobierno.

Por un lado hay que dar solución a los autónomos que menos ingresos tienen para que coticen en función de los mismos. Si queremos que la economía sumergida aflore, lo justo es que cada uno pague por lo que genera, y no una cuota mínima que hace inviable que todos aquellos que ganen menos de 1500 euros mensuales se plateen ni siquiera intentarlo.

La tarifa plana es una buena solución para aquellos que crean su propia empresa o son profesionales que prefieren trabajar por cuenta propia. Es un fracaso para aquellos que prueban como repartidores de pedidos en bicicletas, sirva como ejemplo, y que tras probar la experiencia a la mínima oportunidad abandonan el RETA.

Imagen | kschneider2991

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