Una empresa puede ser rentable pero puede sufrir tensiones en su tesorería. Tener beneficios, pero encontrarse con momentos puntuales donde todavía no ha facturado lo suficiente para hacer frente a sus pagos, o lo ha hecho pero tiene pendientes los cobros. Es aquí donde se necesita un extra de liquidez. Vamos a explicar qué es una línea de crédito y cómo puede beneficiarse tu empresa de esta herramienta financiera.
Pongamos que ha sido un mes muy bueno en cuanto a facturación. Se ha trabajado mucho y se ha facturado en correspondencia. Se han hecho frente a los costes de materias primas o productos que se han vendido, pero solo hemos recibido un 50% del total facturado, ya que el resto de la factura se abona en los tres meses sucesivos. Y hay que hacer frente a las nóminas o simplemente con algún imprevisto con el que no contábamos.
La línea de crédito y sus diferencias con el crédito bancario
Una línea de crédito es un adelanto o una cantidad de dinero que una entidad financiera pone a disposición de la empresa para que pueda recurrir a ello en caso de necesidad y atender a los gastos que considere oportunos en cada momento.
Dicho de otra manera, el banco o una fintech ponen a nuestra disposición el dinero disponible y solo lo utilizamos en caso de necesitarlo. No tenemos que utilizar toda la cantidad de dinero concedido en la línea de crédito, sino solo aquello que necesitemos en cada momento.
La gran ventaja es que solo se van a pagar intereses por la cantidad de dinero de la línea de crédito que hemos dispuesto, no del total concedido como sí ocurriría en el caso de un préstamo o un crédito tradicional.
Además, tener una línea de crédito ya preconcedida agiliza la necesidad de papeleo y disposición de la liquidez de forma inmediata para las empresas. Y esto es muy importante sobre todo en el caso de que nos surjan imprevistos.
La línea de crédito podremos renovarla al final de crédito se puede renovar al final del plazo otorgado, no como ocurre con un préstamo tradicional, donde al final del plazo del vencimiento del mismo toda la deuda debe estar saldada.
A priori todo parecen ventajas. Entonces, ¿por qué no recurren más los negocios a las líneas de crédito en lugar de a los préstamos convencionales? Es aquí donde está la clave, puesto que no todas las empresas tienen acceso a las líneas de crédito.
Para lograrlo se necesita una buena reputación financiera o un volumen alto de movimientos que compense a las entidades financieras ponerla a su disposición. Y esto deja fuera a muchos pequeños negocios y empresas que acaban por recurrir a los préstamos tradicionales.