El plazo concedido por Bruselas para analizar y conceder los rescates a las empresas con fondos públicos, articulados a través del SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, y COFIDES, Compañía Española de Financiación del Desarrollo, expira el próximo 31 de diciembre tal y como está recogido en su publicación en el BOE. Y queda mucho por analizar y tramitar para conceder los préstamos a las compañías que lo han solicitado. La cuestión es que los rescates de empresas llegarán antes de final de año, lo que no significa que el dinero esté en esa fecha.
Si tiene que estar resuelta la tramitación y comprobar si las compañías solicitantes son o no susceptibles de la concesión de la ayuda. En el caso de las pymes es COFIDES la encargada de tramitar las solicitudes que se pueden presentar desde el pasado mes de junio, para acceder a un fondo de 1.000 millones de euros. Pero van con retraso y es posible que alguna se quede fuera si no se amplían los plazos.
El objetivo del fondo es reforzar la solvencia corporativa y evitar la destrucción de empleo y del tejido productivo. Podrán optar a este fondo empresas con una facturación de entre 15 y 400 millones de euros. Se trata de un fondo destinado a empresas solventes a medio y largo plazo pero que ahora han sufrido problemas por la crisis de la COVID.
La financiación que obtendrán será de entre los 3 y los 25 millones de euros (entre 3 millones y 15 millones pymes; entre 4 y 25 millones no pymes), que se materializará a través de inversiones reembolsables de carácter temporal en forma de participaciones en el capital social, préstamos participativos y otros instrumentos financieros con el objetivo de reforzar los fondos propios.
En cuanto a la duración media de la financiación, rondará los ocho años, si bien el espíritu del Fondo busca una rápida amortización de las inversiones (alrededor de cinco años) y cada caso será analizado de manera individual.
Es una buena oportunidad para empresas de tamaño medio, solventes antes de la llegada del COVID, que no estén en concurso y que tengan un plan de viabilidad preparado, que será aprobado en su caso y examinado por la agencia de riesgo de COFIDES, para determinar si es posible reflotar o no la empresa.
Por lo tanto la tramitación no es sencilla. No se trata solo de verificar si se cumplen o no las condiciones objetivas, sino de analizar riesgo a medio plazo de la operación. Lo que supone que puede demorarse con cada una de las solicitudes. Y solo quedan cuatro meses para resolver las mismas. Esperemos que sean lo suficientemente diligentes como para que se aprovechen todos los recursos del fondo y no se queden sin utilizar por no haberse podido terminar la tramitación.
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