En las rondas de financiación, normalmente existen dos posiciones contrapuestas: la del empresario o emprendedor, que buscan con ello obtener el mayor volumen de recursos económicos posible y, por otro lado, la del inversor, que buscan encontrar gangas en el mercado, es decir, empresas con un alto potencial de crecimiento al menor precio posible.
Normalmente, dependiendo de la pericia, la capacidad de negociación y elocuencia del emprendedor, estas rondas acaban siendo favorables al inversor o, como mucho, pueden acabar en tablas; pero, en algunos casos, las empresas acaban captando más capital que el que tenían previsto obtener en un primer momento. Sin embargo, al contrario de lo que pudiera parecer, pedir más dinero del que necesitamos puede acabar resultando contraproducente, por tres razones fundamentales.
En primer lugar, porque el hecho de seducir a una gran cantidad de inversores dispuestos a invertir sus capitales en nuestra compañía puede diluir nuestra participación en la misma, hasta el punto de poder perder el control de la empresa en esta o en varias rondas posteriores. Si una gran cantidad de inversores pasan a formar parte del consejo de administración con una gran participación en la firma, nuestra capacidad de decisión será mucho menor, comprometiendo el objetivo para el cual la empresa fue constituida.
En segundo lugar, porque el aumento de valor de nuestra empresa puede comprometer una futura venta de nuestra startup. Si, además, nuestro consejo de administración ha sido copado por inversores externos, es posible que algunos socios se nieguen a vender o, de hacerlo, ejecuten cláusulas como la de liquidación preferente. Hay que tener en cuenta que la mayoría de inversores tienen más experiencia que nosotros en el mundo empresarial, y esto es razón más que suficiente para que seamos cautos a la hora de decidir quién entra en nuestra empresa.
Por último, porque cuanto más dinero tengamos, más tentación habrá de derrocharlo o de gestionarlo de manera ineficiente. Tengamos en cuenta que, si bien las rondas de financiación nos han servido para obtener los recursos que necesitábamos, hay que prevenir el futuro en caso de que vengan mal dadas.
En definitiva, tan negativo es captar poco dinero como captar más que el que necesitamos en las rondas de financiación. Para evitar este tipo de problemas, deberíamos ir con un objetivo definido de antemano con el objetivo de evitar problemas futuros a la hora de gestionar nuestra empresa.
En Pymes y Autónomos | ¿Un inversor privado sólo aporta dinero a una start up?
Imagen | aranjuez1404