Aunque he titulado el post como anticipo de remesas de exportación, en el negocio financiero basta con hablar de anticipo de remesas. Con eso se sobreentiende que estamos hablando de negocio de extranjero,de import-export. Se trata de un negocio muy goloso para los empresarios, pues abren mercados y proveedores, para los Bancos, pues las comisiones y diferencias de cambio son jugosas, pero donde la confianza juega un papel aún más importante que en el caso del negocio nacional.
Esto se debe a multitud de factores. Y es que si complicado es recuperar un impagado en tu propio país, si tienes que pleitear en el extranjero el asunto se torna dramático. Además se trata de operaciones, que por su naturaleza suelen llevar asociados un mayor volumen y unos mayores gastos que las nacionales, ergo hay que andarse con cuidado (en buena medida suelen ser objetos de seguros por compañías especializadas o también de factoring). Pero antes de hablar de como asegurar la operación , conviene concretar a que tipo de operativa financiera, de medios de pago, nos remitiremos habitualmente si deseamos exportar:
Cobro por transferencia: Sólo en casos de máxima confianza, pues implica que bien proveedor o bien cliente asumen importantes riesgos. Si la transferencia es por anticipada esta el riesgo de no cobrar.
Las remesas simples: A través de nuestro Banco, enviamos al Banco del importador una serie de documentos. Esos documentos pueden ser únicamente financieros (letras, facturas, pagarés, o incluso documentos electronicos) para que sean abonados por dicho Banco a la orden de su cliente, o para que se recoja una aceptación en los mismos. Si como suele ser habitual, la mercancía ya ha salido en paralelo con los documentos, el riesgo sigue siendo máximo, en este caso para el exportador.
Las remesas documentarias: A traves de nuestro Banco se envían una serie de documentos de carácter comercial, acompañados frecuentemente de una serie de documentos financieros, aunque no necesariamente. Cuando hablamos de documentos comerciales hablamos básicamente de aquellos necesarios para poder despachar la mercancía en el lugar de destino, para poder hacerse cargo de la misma. El banco del importador no podrá entregarlos si no lleva a cabo las instrucciones que le ha dado el exportador a su Banco. Evidentemente esas instrucciones suelen pasar por el pago o aceptación de algún efecto financiero que se acompañe, o bien el pago mediante transferencia. es evidente que aquí el riesgo es mucho menor para el exportador (aunque sigue subyaciendo el coste de fabricación/adquisición de lo enviado, así como los gastos de portes, en caso de incumplimiento por parte del exportador).
Los créditos documentarios: Los veremos en un próximo post, aquí se busca una mayor seguridad por parte del exportador
Centrándonos en los puntos dos y cuatro, cuando hablamos de anticipar remesas de exportación, hablamos de financiar esas dos partidas. Y la manera de hacerla es muy similar a la del descuento comercial. Se abre una linea, normalmente amparada en un contrato de financiación multidivisa y multiproducto, y contra ello se van anticipando esas remesas, simples o documentarias, liquidándolas al descuento. Las mayores garantías se obtienen en las documentarias, aunque como vemos no son plenas. En todo caso, esta graduación del riesgo conviene conocerla a la hora de negociar con el Banco o de contratar un seguro que cubra nuestras exportaciones.
Por tanto, aquí las complejidades no son tanto en cuanto a mecánica financiera, como de carácter comercial (documentación para el despacho de mercancías), o de aseguramiento de la operación. Recordemos que al margen del devenir de la moralidad de nuestro cliente, existen el riesgo de cambio, el riesgo país, etc. Pero ésa es otra historia.
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