¿Y si abrimos una nueva línea de negocio?

Hace unos días hacía referencia a la disyuntiva entre dedicar todos los recursos de la empresa a nuestra actividad principal o diversificar las actividades. Una vez que nos decidimos por la segunda opción debemos de tener claro que esa nueva actividad no debemos de considerarla un añadido sino darle la importancia que tiene iniciar una nueva línea de negocio.

Está claro que no es lo mismo que esa nueva actividad tenga relación con la actividad principal, una empresa que se dedica a fabricar mobiliario para el hogar y decide sacar una línea de muebles de oficina, que optar por un negocio con un modelo totalmente diferente, una empresa con varias clínicas dentales que se plantee la creación de una tienda electrónica para la venta de productos de higiene dental. De todas maneras debemos tener en cuenta que esa nueva actividad debe planificarse como tal y seguir un modelo de planificación y gestión independiente de lo que veníamos haciendo hasta ahora.

Eso supone el diseño de un plan de negocio y de las estrategias organizativas y comerciales necesarias para el desarrollo de la nueva actividad como si fueramos a emprender un nuevo negocio. Uno de los errores que se suelen cometer y que pueden llevar al fracaso de estos proyectos es considerar la nueva actividad como accesoria y no dedicarle el esfuerzo necesario para que funcione.

Si pensamos que la nueva actividad tendrá éxito sólo con dedicarle los excedentes (económicos, humanos o de tiempo) de la actividad principal nos estaremos equivocando de raiz. El mercado, el cliente objetivo, las estrategias de marketing son en la mayoría de los casos diferentes, por tanto hay que prestar atención a todos esos aspectos.

El mercado puede tener una imagen de la empresa centrada en la actividad que se venía desarrollando hasta ahora, debemos cambiar esa imagen. Nuestra marca, nuestra organización se dedica a partir de ahora a más cosas, el mercado debe saberlo y tenemos que lanzarnos a conquistar a nuevos clientes, debemos atacar a nuevos nichos de mercado y eso necesita dedicación y recursos.

Por eso la manera de atacar el desarrollo de nuevas líneas de negocio es una manera de emprender, por eso debemos de repetir el proceso que en su día hicimos para poner en marcha la empresa. Saltarse esos pasos es la mejor manera de acercarse al fracso y eso puede condicionar también a nuestra actividad inicial. Por eso hay que pensarselo dos veces a la hora de tomar la decisisón y, una vez que seguimos adelante, darle la importancia que se merece nuestro nuevo negocio, no nuestra actividad accesoria.

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