Si se llega a la etapa final en el ciclo de vida de un proyecto en el que tu equipo ha trabajado y todo ha salido conforme a lo previsto es hora de celebrarlo.
Sin embargo, lo más probable es que hayas tenido que enfrentarte con contingencias e imprevistos que hayan provocado que a lo largo del desarrollo el proyecto se alargase más de lo previsto o se excediese el presupuesto definido inicialmente.
Aún así, es muy importante reconocer los esfuerzos y los logros del equipo. Antes de que el equipo pase a otros proyectos, relájate y documenta el proceso para que las lecciones aprendidas puedan ser compartidas.
De hecho, conviene llevar a cabo una evaluación posterior del proyecto con una última reunión para identificar lo que salió bien y lo que salió mal.
Haz una lista de las mejores prácticas para ayudar a que los proyectos futuros se desarrollen mejor. Discute cómo mejorar el proceso y evitar problemas durante el próximo proyecto.
Puesto que la gente puede perder la perspectiva después de trabajar tan de cerca, suele convenir plantearse la posibilidad de traer a un auditor externo para evaluar objetivamente la información.
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