De Guindos: Tras la "burbuja del crédito"

En la reciente entrevista realizada por la periodista Ana Pastor el Ministro De Guindos se ha mostrado crítico con el sector bancario al hablar de cuestiones como las participaciones preferentes, un producto que "no se tenía que haber comercializado como se comercializó" y ha dejado la pelota en los bancos y su gestión como causantes de lo que citó en varios tramos de la entrevista como
"la burbuja del crédito"
.

Lo más llamativo de la entrevista, al menos para mí, es la parte en la que califica y ve con lógica normalidad la circunstancia de que ocho de cada diez solicitudes de crédito a las entidades financieras sean rechazadas. Es evidente que no volverán los tiempos en los que, presentando un afortunado powerpoint y un símil o sucedáneo de Plan de Negocio, los bancos y cajas te abrían de par en par el grifo de la financiación sin mayores análisis del riesgo de la operación.

Este hecho sería positivo si ese mayor detenimiento en la operación llevara aparejado un profundo estudio sobre la viabilidad del proyecto, la idea, al empresa o las circunstancias, pero ahora parece que estén jugando al catenaccio de la financiación, hecho que nos debería dar igual si no fuera porque en gran medida la reestructuración del sector ha pasado por la fuerte inyección de capital público al socializar las pérdidas de varias entidades. El argumento de que la culpa de la crisis viene únicamente motivado por la desaforada construcción como representación del mal no acaba de convencer y que se penalice a todos los sectores por evitar incurrir en situaciones más comprometidas no parece justo.

Parece que se ha remitido a las tres entidades rescatadas por el Frob

"el mandato de dar créditos a las empresas solventes"
(sic) y bajo el amplio y difuso calificativo de empresas solventes pues parece que no se encuentra el 80% de las que presentan solicitudes. También se ha habilitado una línea de 22.000 millones que deberá ser canalizada por el Instituto de Crédito Oficial, pero si ambas vías de inyectar liquidez a las empresas son buenas, las medidas de supervisión deberían ser más ágiles y quizá más flexibles porque ahora mismo la solvencia de las empresas está bajo mínimos. Así que o se relajan un poco los órganos de supervisión o me temo que este cerrojazo financiero nos va a sumir aún más en esta languidez de la resignación.

Imagen | www.eldiario.es

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