El año pasado se cerró con cifras récord dentro de los inscritos en el RETA. La Ley de Medidas Urgentes del Trabajo Autónomo en gran parte ha sido responsable de ello, al aumentar la duración de las ayudas. Sin embargo son muchos los valientes pero pocos los elegidos. O dicho de otra manera, ¿ha dejado de ser la tarifa plana atractiva para retener a nuevos autónomos?
Porque esta es la clave. La tarifa plana tiene un gran poder de atracción para que alguien se de de alta como autónomo y trate de sacar adelante su negocio. Pero dos años después cuando se acaban las ayudas que brindan abrigo al emprendedor, cuando la ilusión del inicio ya no puede con todo y se conocen de forma más o menos clara si hay perspectivas de tener una empresa o solo de quedarse en el autoempleo es el momento de valorar si se continúa o se cambia de actividad.
Y según el secretario genera de UPTA, lo cierto es que parece ser un arma de doble filo, porque aunque atrae a muchos incautos al reverso tenebroso, al acceso a la actividad por cuenta propia, su tasa de supervivencia en muchos casos no supera los 15 primeros meses. Y esto sin tener en cuenta la tentación de contratar falsos autónomos.
Lo cierto es que la tarifa plana nació como un parche, algo que había que hacer para tratar de ofrecer una solución a muchos profesionales que querían probar suerte por su cuenta pero no veían un mínimo viable de negocio a corto plazo. Se demostró como una medida eficaz para atraer nuevos inscritos en el RETA. Quizás no debería haber penalizado la cuenta de la Seguridad Social y estos incentivos no deberían pagarse de dicha caja.
Pero la reforma en profundidad del RETA sigue estando pendiente. Cuestiones como cotizar por beneficios reales, la cotización de los autónomos a tiempo parcial, cómo será el autónomo del siglo XXI que puede compatibilizar su trabajo por cuenta propia con varios por cuenta ajena a tiempo parcial, etc.
La realidad es que muchos de los que pasaron por la experiencia de trabajar por cuenta propia salen vacunados, con la idea de que o se compensa con unos ingresos muy altos o no merece la pena la cantidad de horas que le han dedicado a intentar levantar su empresa para acabar a llegando a duras penas a fin de mes.
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