Y es que de todos es sabido que una cosa es tener la razón, más difícil es tener que demostrarlo, y en último lugar, falta que los tribunales nos la den. Otra cita muy popular es esa que dice "más vale un mal pacto que una buena sentencia" y finalmente la que reza "Los caballos de Gürtel no tienen dientes". En realidad esta última no tiene razón de ser, pero necesitaba decir una gilipollez al respecto.
La lectura de un artículo del diario "Negocio" de hoy me ha recordado que a veces es mejor pactar o literalmente "bajarse los pantalones" a ser firme, recto e inflexible. Este artículo nos informa que son dos las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, una del Tribunal Superior de Justicia de Galicia y otra del Tribunal Supremo las que rompen una lanza a favor del administrado y conceden al mismo, pasados cuatro años otorgados por ley para solicitar la devolución o proceder a la compensación del IVA, la posibilidad de exigir en otro plazo igual de cuatro años, la reclamación de esos importes.
¿Por qué cuando alguien se apodera ilegítimamente del dinero de otro estamos ante un delito de hurto o robo y si quien lo lleva a cabo es hacienda estamos ante un enriquecimiento injusto? Porque sí; pero lo más importante, de ahí el artículo que redacto, es que si al final algo injusto y que podemos evitar no es de nuestro agrado, contemos hasta tres (mil) y sigamos las normas según su lectura más razonable (entiéndase ésta como la que más se acerca a la perspectiva pública del asunto).
Aunque me duela decirlo, en ocasiones, los costes derivados de una decisión justa y basada en el mejor de los derechos pueden ser económicamente perjudiciales (tiempo, contratación de profesionales, indisponibilidad de recursos, tribunales, etc.) En fin, que si lo que está en juego es evitable, evitémoslo.
El otro día leí una cita que decía algo así como "lecturas de buena fe sólo hay una, lecturas perversas hay miles". Sabed que eso lo leí en una oficina de la Inspección de Hacienda. Supongo que no tengo que deciros quien interpreta de buena fe una lectura y quien lo hace de forma perversa a ojos de la administración. Bajo mi punto de vista es un ataque encubierto con destino a quienes asesoramos ¿o debo interpretarlo de otro modo (de buena fe)?
Yo diría que hay tantas interpretaciones como lectores, dejemos la mala fe para los que se autoengañan y no tienen derecho, que no es el caso.
Imagen | Galería de Silvio Tanaka
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