Hay gente que sabe diferenciar perfectamente entre el trabajo y su vida personal. Están en entornos diferentes y cada uno tiene su espacio. En otras ocasiones no es tan fácil y uno de los problemas lo tenemos con el teléfono de empresa. Y no es raro ver a gente enganchados al móvil del trabajo también en vacaciones.
Igual que muchas personas están constantemente mirando su teléfono para cuestiones personales en este caso están pendientes de temas profesionales. Correo, mensajería instantánea, pero puede ser peor si tienen acceso a diferentes aplicaciones desde la nube.
El problema surge cuando somos incapaces de apagar dicho teléfono. No porque nos obliguen en la empresa o haya algún problema, sino porque nosotros mismos nos hemos impuesto esta tarea. En el día a día se puede sobrellevar, pero en verano o en vacaciones se convierte en un problema.
Una cuestión diferente es si somos autónomos o directamente estamos utilizando nuestro teléfono personal para cuestiones laborales. En estos casos, simplemente es complicado separar vida personal y laboral. No es posible desconectar de nuestro trabajo y siempre estamos pensando en los temas pendientes.
El problema fundamental es nuestro, porque le estamos dando una importancia que no tiene a correos o mensajes instantáneos. Por definición si algo llega por esta vía no será urgente, ya que si lo fuera nos hubieran llamado directamente por teléfono. Pero al estar enganchados tenemos a todo el mundo acostumbrados a contestar incluso fuera de horas.
Y es algo que nos pesa, porque al final todo el mundo necesita olvidarse un poco de cuestiones laborales para poder disfrutar en su vida personal. Y volver cuando corresponda al trabajo más relajados y con una mayor facilidad para concentrarse y capacidad para resolver los problemas que surjan.