Agosto es el mes por excelencia de vacaciones en nuestro pais. Esta lógica organizativa de la mayoría de empresas y sector público unida al clima y a nuestras preferencias de turismo de sol y playa provocan que muchas ciudades se queden casi paralizadas en los meses veraniegos.
En este punto, en pequeños pueblos o ciudades de interior que no tienen un potencial turístico importante, consiguen por sí mismas un verdadero desabastecimiento de muchas áreas comerciales o servicios. Veamos algunos ejemplos vividos en primera persona.
Tiendas de informática
Me ha sido materialmente imposible comprar una tarjeta de vídeo y una ampliación de memoria en una ciudad del interior de Andalucía con más de 100.000 habitantes. En un radio de 2 kilómetros cuadrados, nueve tiendas de informática estaban cerradas por vacaciones. Estas son todas las tiendas que se dedican a este negocio en el área marcada.Como opciones alternativas, me han quedado las grandes superficies, que he descartado por motivos de coste, distancia e imposibilidad de recibir una atención personalizada para el problema que planteaba. Sólo con que una tienda de esas nueva hubiera modificado su calendario de vacaciones, hubiera conseguido mantener el abastecimiento para muchos usuarios..
Restaurantes y hostelería pseudoturística
Aprovechando estos días de relax, mi pareja y yo hemos visitado aquellos lugares que tienes al lado de casa pero nunca vas a verlos. turismo urbano sobre tu propia ciudad. En la zona del casco antiguo y lugar eminentemente turístico por donde pasan más de 30.000 personas en un mes, no hemos conseguido tomarnos una sola caña al estar absolutamente todos los bares de la zona cerrados.Pero el tema no queda ahí, porque para ir a cenar a alguno de los restaurantes habituales o con mejor calidad de la ciudad, después de 16 llemadas de teléfono a distintos establecimientos, conseguimos hacer una reserva. Esos fallos de logística generan una mala ciudad, malos servicios y pérdida de negocio cuando el resto está de vacaciones.
Entiendo que todas las empresas necesitan fijarse unos calendarios de descanso, pero no es de recibo esos solapes en muchas ciudades, en donde no quedan siquiera alternativas disponibles. Se pierde negocio y aquellos meses en donde la inmensa mayoría de la competencia cierra por vacaciones, pueden ser unos meses geniales para mejorar las cuentas del año.
Imagen | Thundershead
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