Habitualmente el calendario de vacaciones suele generar algún que otro conflicto en las empresas. Si a esto le sumamos que venimos de un año muy complicado, tanto en el mundo de la empresa como a nivel emocional para todo el mundo, tenemos una situación más propicia para que haya problemas. Porque el calendario de vacaciones en pandemia sin conflictos, es el más difícil todavía.
Seguro que alguno que está todavía en ERTE o acaba de salir de esta situación piensa que bendito problema. Pero lo cierto es que no todas las empresas han sido igualmente golpeadas por la crisis. Muchas han estado trabajando, con más o menos problemas, pero todo el año abiertos. Y ahora llega el momento que todo el mundo espera para poder descansar.
Y es cuando reabren otras empresas y se suma una carga de trabajo adicional. Y esto lo puede trastocar todo. Porque un exceso de tareas hace que el trabajo de un compañero de vacaciones tenga que ser asumido por el resto. O que se tengan que anular los días de descanso previstos. Y en muchos casos supone un contratiempo.
Porque también es necesario desconectar. El problema aquí es que la flexibilidad que podemos tener otros años, en este es más complicada. ¿Quién nos asegura que no habrá una nueva ola en otoño que nos impida tomarnos unos días en esas fechas?
Por eso muchos trabajadores quieren disfrutar del descanso en estos días próximos. Saben por experiencia ya del año anterior, que luego el otoño puede llegar con restricciones y desean aprovechar ahora que se abre la mano. El problema es que en las empresas no hay una ventana tan amplia.
Especialmente en las más pequeñas, porque normalmente se organizan para que no coincidan varios empleados a la vez. Son pocas las que cierran todo un mes. Esto está provocando algunos conflictos. Si hay buen ambiente laboral, no pasará de una pequeña negociación y se arreglará. Pero en caso de mal ambiente, la cosa se complica mucho y el verano puede ser directamente un infierno.
Un último factor a tener en cuenta es que el año pasado mucha gente no tuvo realmente vacaciones. Por una parte, porque muchos tomaron días de descanso al principio de la pandemia, esperando que la cosa acabara rápido. En otros casos, porque cuando lo hicieron, no pudieron salir de su localidad. Y este año nadie quiere que pase lo mismo de nuevo.