Una de las cuestiones que más daño han hecho a muchos negocios es la desaparición de los turistas de las ciudades. Se espera que se recupere, sin alcanzar cifras récord de 2019, el próximo año. Pero uno de los principales problemas con los que tendrá que convivir el sector turístico serán las reservas de última hora en 2021.
Esto impide una buena planificación de la gestión hotelera, reduce los márgenes de beneficio y sobre todo afecta de forma importante al empleo, haciendo que se recupere a los fijos discontinuos en el último momento. Sin embargo no tiene tanto impacto o es incluso positivo en el sector complementario, el pequeño comercio o la hostelería que también depende de dicho turismo.
En primer lugar porque no necesitan tanta antelación para planificar. Dependen más de una continuidad, que no se produzcan interrupciones en el flujo de turistas. Y esto va a depender de mantener la situación sanitaria a raya y del alcance de la vacunación tanto en los destinos turísticos como en los mercados emisores. En todo caso no se espera una cierta tranquilidad hasta bien llegado el verano.
Lo cierto es que las ganas de viajar no han desaparecido. Más bien al contrario. No hay más que ver como en China una vez acabadas las restricciones la movilidad se multiplicó. Todo parece indicar que las vacaciones, cambiar de aires no es solo un lujo o capricho, sino que para gran parte de la población mundial es una necesidad.
El ahorro de muchas familias durante la pandemia, que está en cifras récord irá a este fin. Tal vez tengamos menos turistas pero quizás se compense con un mayor gasto medio por día. El problema para muchos es cómo aguantar seis meses más. Especialmente si se confirman las expectativas de los más pesimistas y acaba por llegar una tercera ola después de Navidad con más limitaciones a la actividad.
Porque estas restricciones, estos picos en los registros de contagios, cambios normativos, PCR o test obligatorios si o no... son los que evitan en muchos casos la planificación de dichos viajes. Y muchos negocios no sabrán si recuperar empleados del ERTE o no, si la mejora en la facturación se va a mantener o es flor de un día. Un panorama muy inestable para afrontar una recuperación solida de la economía.