Hablar en público es una poderosa herramienta en el ámbito laboral sea cual sea nuestro cargo. En Europa nos hemos centrado durante la etapa formativa en las escuelas o universidades en el contenido, en el 'qué' pero sin mucho éxito a la hora de tratar de convencer con nuestros argumentos.
La comunicación nos ayuda a comprender el mundo y a las personas. Pasamos un 60% de nuestro tiempo comunicando alternando el papel de receptor y transmisor. Y tanto de uno como de otro siempre se puede aprender una habilidad.
Pensemos en un contexto laboral: qué quiero decir y cómo lo digo. ¿Las situaciones? una reunión, una entrevista de trabajo, un intercambio de tarjetas tras una conferencia.
El transmisor tiene que utilizar señales que el receptor pueda captar y entender para fomentar la escucha activa, y ése es nuestro objetivo: que nos recuerden.
Los puntos claves son:
En esta cultura de lo visual en la que vivimos, el arte de hablar en público es una asignatura que deberíamos estudiar por nuestra cuenta. De nada sirve un brillante profesional que no sabe expresar a su futuro jefe o a un posible socio su idea.
Existen multitud de cursos, seminarios presenciales incluso online, pero lo más importante de todo es no frivolizar con este asunto y sí comprender lo relevante de su práctica, su buen uso, y sobre todo cómo nos ayudará a mejorar tanto nuestra autoestima como nuestra vida social y profesional.
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