Cómo te va a afectar la presidencia de Trump si tienes un bar o un taller mecánico en España

Cómo te va a afectar la presidencia de Trump si tienes un bar o un taller mecánico en España
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La reciente reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha generado (de nuevo) inquietudes en Europa. Dinámicas geopolíticas que no estamos acostumbrados a percibir en su alcance directo en la pequeña empresa, pero que podría llegar hasta los bares, gasolineras y talleres mecánicos españoles.

Trump ha reiterado, una y otra vez, su compromiso con la política de "America First" (Primero, Estados Unidos), que prioriza los intereses estadounidenses a menudo en detrimento de sus aliados internacionales.

El peligro arancelario

Este enfoque se ha traducido en medidas proteccionistas como aranceles, tensiones geopolíticas y cambios en los mercados energéticos. Factores que podrían impactar en los costos operativos, el consumo de los clientes y la estabilidad general del entorno empresarial español.

Trump ha reiterado su intención de imponer aranceles a productos europeos, argumentando que la Unión Europea ha sido "injusta" en sus prácticas comerciales.

En su mandato anterior, ya lo hizo: impuso aranceles del 25 % al aceite de oliva español, lo que provocó una caída del 63 % en las exportaciones de este producto en Estados Unidos. Desde INECA (Instituto de Estudios Económicos de Alicante) han señalado que reimponer estos aranceles podría afectar a más de 1.800 empleos solo en Alicante; en concreto, del sector del calzado y el agroalimentario.

Es probable que un bar o un taller mecánico, o cualquier otra pyme, no exporte de forma directa, pero la disminución de exportaciones se puede traducir en una reducción del consumo interno. Además, si los aranceles se aplican a importaciones, se afectará a beneficios, márgenes de beneficio y productos y suministros.

Inestabilidad política

Una de las principales críticas a Trump desde antes del estreno de su segunda legislatura ha sido la priorización total de los intereses estadounidenses a expensas de acuerdos y alianzas tradicionales, como la OTAN o acuerdos con la Unión Europea.

Una postura que no difiere mucho de la que está aplicando con sus vecinos más cercanos, en México y Canadá.

En este sentido, por ejemplo, Trump pidió a varios países europeos aumentar su gasto en defensa hasta el 5 % de su PIB, lo que podría afectar a la estabilidad e incluso provocar una recisión en el consumo. Así, menos ingresos disponibles se traducirán siempre en una reducción en ocio, pero también en gastos que puedan retrasarse, como el mantenimiento de un vehículo, y tantos otros.

El coste de la energía

Las primeras decisiones de Trump en política energética también han sido controvertidas. El escenario escogido fue el Foro de Davos, donde no tardó en comunicar a Arabia Saudí y el resto de productores de petróleo que deberían reducir el precio del crudo con un objetivo claro: "desarmar a Rusia" y y obligar a ambos países (Rusia y Ucrania) a poner fin a la guerra.

Sin embargo, el punto más relevante en este tema ha sido su clara iniciativa proteccionista: "o fabricáis en EEUU, o tendréis que pagar aranceles", ha dicho. Desde una óptica macroeconómica esta volatilidad de los mercados (energéticos, manufactureros o de cualquier otro tipo) puede generar una notable incertidumbre, afectar a los márgenes y obligar a fluctuaciones evidentes en el mercado, que afectarán a los consumidores.

Sobre esto, hay poco que añadir, estos últimos años han sido un buen ejemplo de cómo este tipo de políticas podían incrementar los costos hasta máximos históricos en pocos días o semanas debido a la guerra entre Ucrania y Rusia.

La imprevisibilidad característica de Trump añade una capa adicional de incertidumbre a la ya volátil situación  global. Un buen ejemplo son las 26 órdenes ejecutivas en su primer día (muchas de difícil aplicación real, pero útiles en el circo mediático) que se traducen, entre otras cuestiones, en la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París y la suspensión de más de 300.000 millones de dólares en fondos federales para infraestructuras ecológicas. 

Las políticas internacionales de la administración Trump no son un fenómeno aislado y tienen el potencial de impactar en todos los niveles de la economía, incluidos los negocios locales. Aranceles, tensiones geopolíticas y volatilidad energética son solo tres ejemplos de elementos que podrían traducirse en un entorno más desafiante para cualquier pyme.

Ante esta tesitura, las empresas se ven empujadas a intentar mitigar riesgos, diversificando proveedores y manteniéndose informados sobre el entorno económico. Una vez más, se confirma que en un mundo globalizado, cualquier negocio está conectado con las grandes decisiones internacionales.

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