Los equipos de trabajo suelen destacar por su competencia, lo que les permite ser realmente buenos a nivel operativo. Sin embargo, a nivel estratégico, esto suele ser una asignatura pendiente.
El problema no radica en el equipo sino en quien lidera al grupo y su capacidad para ser un líder estratégico. Para serlo hay que comenzar por hacerle a nuestro equipo las preguntas correctas sobre el trabajo, la empresa y el panorama general.
De hecho, existen cinco preguntas que deberíamos plantear a los miembros de nuestro equipo de forma regular:
- ¿Qué vas a hacer hoy?
Esto sacará a la luz cualquier trabajo importante que no sepas que se está llevando a cabo o que le llevará mucho más tiempo de lo que debería.
- ¿Por qué estás haciendo el trabajo que estás haciendo?
Esto permite obtener claridad sobre lo que es importante y por qué es importante desde la perspectiva de nuestro equipo.
- ¿Cómo se alinea lo que estamos haciendo hoy con los objetivos generales?
Esta es una discusión sobre brechas y valores atípicos. Si tu equipo está trabajando en algo que no se alinea con los objetivos más amplios de la organización, hay que cuestionar el valor de ese trabajo.
- ¿Cómo se ve el éxito de nuestro equipo?
Esto permite concentrarse en lo que realmente está impulsando el éxito de su equipo, en términos de actividades, comportamientos, relaciones y resultados estratégicos.
- ¿Qué más podríamos hacer para lograr más, mejor, más rápido?
Lo que se pretende con esta pregunta es algo tan sencillo como el estimular a tu equipo a ser innovador.
Si has hecho estas cuestiones, entonces, estarás bien posicionado para ser estratégico y, también, poder saber si tu equipo tiene vocación estratégica.
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