Hace un tiempo se convirtió en viral que un 'escritor' rechazara públicamente una oferta de trabajo. Este tipo de relatos cortos con más o menos gracia los leemos a diario, o nos lo cuentan a la cara. Quizás se trate de un conocido que necesita el dinero o de ti mismo, pero has hecho las cuentas y te sale a pagar.
Pagar por trabajar para que la sociedad o la familia no te mire mal. Cuando la realidad es otra, te niegas a entregar tus conocimientos y tu tiempo a una empresa que no te va a valorar y a la que detectas graves carencias. Es decir, te quieren por un salario de risa para resolverles sus problemas.
Causas justificadas para decir no a un empleo
Para empezar, cuando acudes a una entrevista y la palabra contrato pone nervioso al gerente o a la persona en la que haya delegado para hacerte la entrevista. ¿Es una razón de peso para salir corriendo? Sí. De hecho, es lo que deberíamos hacer todos y así no habría algunos empresarios creyendo que te están haciendo un favor.
Imaginemos una oferta para formar parte de una plantilla de redactores, y que en su web sus artículos no tengan repercusión, ni comentarios, de hecho hasta encuentres faltas o párrafos copiados de otros lugares. ¿Es ése el lugar ideal para trabajar? El sueldo es bajo y ya te hueles que tu labor será la de encargarte de un equipo de redacción donde sólo tú serás jefe y el subordinado.
Para los expertos en búsqueda de empleo decir no a un trabajo puede ser una 'locura'
En la mayoría de blogs relacionados con Recursos Humanos, te ofrecen alternativas para decir no (de una manera elegante) a un trabajo puesto que puede resultar extraño que no quieras trabajar, incluso si el sueldo es bajo.
De hecho, te invitan a escribir un correo dando las gracias y buscar un motivo adecuado para acompañar tu negativa: "porque nunca se sabe lo que puede pasar"
La realidad es que, si te van a pagar 600 euros y te tienes que gastar un alto porcentaje en gasolina y perder dos horas en ir y venir todos los días a un lugar lejos de casa, ¿es una locura decir adiós?
No. Como tampoco lo es, negarte a trabajar para una organización que sólo valora tus conocimientos a la hora de encargarte más tareas, pero que no piensa en que esto deba ir acompañado de un sueldo digno.
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