Teletrabajo en tu segunda residencia o lugar de vacaciones, cómo ser más productivo

Una de las ventajas que podemos tener con el teletrabajo es que nos permite conciliar mejor nuestra vida personal y familiar con la laboral. En el caso del verano, cuando muchas familias se trasladan a un segunda residencia o a una estancia que alquilan durante el verano, lo habitual era quedarse trabajando en la oficina y desplazarse los fines de semana. Esta situación cambia con la posibilidad del trabajo remoto. Pero si no queremos alargar la jornada más de lo necesario, es interesante tomar una serie de medidas para utilizar el teletrabajo en tu segunda residencia o lugar de vacaciones.

Asumiendo que es posible que tengamos que desplazarnos a la oficina, pero lo haremos de forma inversa al trabajo presencial. En lugar de irnos los fines de semana, con atasco incluido a la playa o al campo, viajamos a la oficina entre semana, para trabajar uno o dos días de forma presencial, coordinar algunas tareas, dejar temas resueltos y volvemos a nuestro casa para seguir con las tareas pendientes.

No es el entorno ideal para trabajar

Es aquí donde la cosa se puede complicar por diferentes motivos. En primer lugar por la conexión a Internet. En muchas zonas de costa o rurales la conexión que podemos conseguir no es de fibra. Nos queda el 4G, pero cuidado porque en algunas zonas, especialmente de montaña puede que no sea de la mejor calidad. Y la velocidad de conexión si que impacta de forma importante en nuestra capacidad para trabajar. En el peor de los casos nos tocaría buscar un coworking o un centro de empresa lo más cercano posible a nuestra segunda residencia.

Después tenemos una cuestión de infraestructura. Mientras que en nuestra casa ya tenemos habilitado nuestro espacio de trabajo, mesa, silla, pantalla grande, etc. en nuestro lugar de vacaciones puede que no estemos tan cómodos. Es importante evitar lugares comunes para trabajar, mejor un pequeño espacio en una habitación que en la mesa del comedor. Y a ser posible con una silla cómoda, donde al fin y al cabo vamos a pasar 7 u 8 horas diarias.

Puede que ni siquiera tengamos la mejor infraestructura

Respecto a los equipos de conexión lo normal es tener un portátil. Pero si vamos a trabajar muchas horas, no está de más poder disponer de una segunda pantalla para tener mejor visibilidad. En ocasiones nos puede servir algún televisor pequeño que tengamos por la casa, aunque a veces la resolución no es de la mejor calidad.

Podemos ir olvidándonos de trabajar tumbados en la hamaca o en exteriores. Está muy bien como postureo en redes sociales, pero la mayoría de las veces el brillo de nuestras pantallas no será suficiente como para hacerlo de forma cómoda durante varias horas al día y tendremos un cansancio visual adicional.

Trabaja a las horas que sea más tranquilo

Si tienes la opción de tener horario flexible, a veces es preferible madrugar para sacar una parte del trabajo adelante y acabar pronto para tener las tardes libres. Otras veces se puede parar a media mañana y continuar después de comer. Lo ideal es encontrar el tiempo adecuado para que seamos capaces de trabajar concentrados y a la vez aprovechar el tiempo que nos queda libre.

Por último, hay que utilizar la inteligencia emocional para buscar como podemos sacar las tareas adelante sin aumentar las horas que pasamos trabajando. Puede que no tengamos las condiciones perfectas para ser productivos al máximo, pero hay que pensar que vamos a estar mejor que trabajando en la oficina, que tenemos menos desplazamientos, que pasaremos más tiempo con la familia o los amigos o que simplemente cuando acabamos estamos ya en el entorno que deseamos para disfrutar de nuestro ocio.

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