Clientes hay muchos, buenos clientes no tantos
Existen clientes que te proporcionan el 80 por ciento de sus dolores de cabeza a cambio del 20% de la facturación, si esto sucede, tienes que tomar medidas de inmediato para revertir esa situación y que la ecuación cambie de manera drástica.
Cuando las expectativas son están alineadas, se hace evidente que su producto o servicio no va a ser una buena opción, es el momento de dejarle ir. La mala voluntad o la diferencia de criterio es un riesgo inasumible que genera un contexto de relación negativo.
No merece la pena. Tienes que ser consciente de la cantidad de tiempo y esfuerzo que se le dedica y que realmente vale la pena. Una vez que se conoce su valor, se puede evaluar mejor lo que los clientes buscan o evitan. Sea distante con la situación para tomar la decisión con más criterio y fundamento.
Cuando son más problemas de lo que cobramos. El cliente no siempre tiene la razón, y todos los clientes no son siempre adecuados para su negocio. Tener malos clientes es la forma más rápida de envenenar la moral de la oficina.
Respeto, ese gran desconocido
Muestras de falta de respeto a los empleados, si un cliente no respeta en varias ocasiones a sus empleados, si los empleados tienen miedo de coger las llamadas de los clientes o si el cliente absorbe una cantidad desproporcionada de su tiempo por ser indeciso o hacer peticiones constantes (e injustificadas) para los cambios, es hora de separar caminos .
Si no respetan su contrato, Para los consultores, un buen contrato detallará cómo ambas partes pueden poner fin a la relación. Siga las directrices que se propuso al principio del contrato, y de un preaviso de que usted está terminando un contrato. Si los contratos no tienen esta cláusula, conseguir un abogado para añadirla.
Cuando no se consigue un buen ajuste. Cuando un cliente y el proveedor no se encuentran cómodos ninguno gana. Su tiempo y dinero son muy valiosos y sería mejor ofrecerlos a alguien que los valore. Si no está a conforme trate de recomendar por lo menos otros dos proveedores que puedan contactar y que entienda que puede haber sintonía.
Cuando el valor desaparece. La relación cliente-proveedor es una cosa valiosa. Si uno de ustedes ya no ve al otro como valioso para la empresa, la relación se desintegrará por sí sola. Es tentador mantener la situación artificialmente pero en el futuro próximo generará tensión.
Todas estas recomendaciones harán que la relación se más sencilla y evitará riesgos mayores cuando la situación se ponga tensa. Recuerde que siempre puede recurrir al: "no eres tú, soy yo". Uno nunca debe quemar las naves, si puede evitarlo.
En Pymes y Autónomos | Quizá consigues un mal servicio porque eres un mal cliente Imagen | Jesus Solana