Nuevos tiempos, traen nuevas formas, nuevas formas que llegan con los nuevos tiempos, pero a veces esto llevado al extremo puede resultar extraño e incluso contraproducente. En este caso me refiero al exceso de informalidad y de trato coloquial que se da hoy en día en muchos negocios.
Como ya he comentado en muchas ocasiones el mundo de los negocios ha relajado las formas y los protocolos en general, y bienvenido sea, y muy especialmente esto ha llegado de la mano de Internet, de las nuevas generaciones, de las nuevas formas de realizar, entender y llevar los negocios, pero ni tanto ni tan calvo.
Sinceramente me parece bien la informalidad que hoy se da en muchos ámbitos, me gusta que se relajen costumbres, pero sinceramente también no me siento nada cómodo con el exceso de informalidad, de lenguaje coloquial que hacen muchas empresas para llegar a sus clientes, o incluso para relacionarse entre ellas externa o internamente.
Yo no soy el colega de nadie, ni soy el tío de nadie, ni me gusta que sin conocerme me traten con unas confianzas y un lenguaje que me recuerda más a cuando era joven y me iba de juerga nocturna que no a una empresa de la que soy cliente. No se trata de que siempre me traten de usted, no se trata de que me reciban siempre con cortesía y protocolo clásico, pero si que se trata de que no me traten como si fuese su amigo, su compañero de bar, su compañero de farras.
En Pymes y autónomos | Con corbata o sin corbata
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