Desde siempre a través de las encuestas de satisfacción se ha valorado la opinión del cliente. No siempre es fácil encontrar ese tiempo para que una persona dé su opinión sobre un servicio. En la mayoría de las ocasiones, si se encuentra es para aprovechar y verter en ella una queja.
Por esta razón, en algunas tiendas, vemos con más frecuencia tablets en las paredes donde nos invitan a dejar nuestra opinión sobre el trato recibido en el mismo lugar donde acabamos de adquirir un producto.
La idea es positiva, puesto que el cliente recibe la sugerencia justo después de pagar por algo que necesitaba, le gusta y se siente satisfecho. No necesita dejar las bolsas ni rellenar nada. Con un pequeño gesto con los dedos, pasa una pantalla tras otra.
¿Las preguntas? Sobre el local, los productos, el tiempo de espera en la cola, el trato recibido por parte de los dependientes, la capacidad resolutiva por parte de los trabajadores si hemos tenido un problema, si el lugar está ordenado y limpio...
Una manera de medir nuestro grado de satisfacción y el comportamiento profesional por parte de los empleados.
Y resulta que este tipo de tiendas, si investigamos, han incrementado sus ventas y están abriendo más en nuestro país. La mejora de la atención al cliente es un factor a tener en cuenta, puesto que con estas encuestas, el personal se muestra más atento que es lo que a todos nos gusta cuando acudimos a un establecimiento, y las respuestas son todas positivas.
No es una técnica agresiva, no conlleva emplear mucho tiempo en responder, las preguntas son claras y acompañadas de emoticonos para que sea más sencillo de visualizar.
Prácticamente a través de un juego, le estamos dando a la empresa mucha información para que así mejore lo que no nos satisface.
En Pymes y Autónomos|Un cliente insatisfecho son varios clientes potenciales perdidos,Fidelizando al cliente, ¿con qué herramientas? (III)
Imagen|Esteban Fojo